Hay ciudadanos que jamás dicen España sino Estado español. Un ejercicio de brujería filológica, como los antiguos no pronunciaban Satanás, ni el Maligno. Nunca olvidaré aquellos artículos de los abertzales donde en la página deportiva se refería a “las nadadoras del estado español”, convirtiéndolas a todas en funcionarias

 "(...) El Estado es como “la nube” en los ordenadores; cabe todo. Hay ciudadanos que jamás dicen España sino Estado. Un ejercicio de brujería filológica, como los antiguos no pronunciaban Satanás, ni el Maligno. 

Hay que ser un escolástico sin saberlo para creer que si no dices el nombre “de la cosa”, como por ensalmo, “la cosa” deja de existir. Nunca olvidaré aquellos artículos de los abertzales donde en la página deportiva se refería a “las nadadoras del estado español”, convirtiéndolas a todas en funcionarias. (...)"                (Gregorio Morán, Vox Populi, 10/04/21)