17/11/20

No existe propiamente la ‘Diana Nacional de Catalunya’... existe la Diada Nacional-secesionista e hispanofóbica de Catalunya, impulsada, organizada, voceada, revisada, narrada, publicitada, agitada, historizada, contada, televisada, retransmitida y dirigida por el nacional-secesionismo hispanofóbico

 "No existe propiamente la ‘Diana Nacional de Catalunya’. Por generosa que sea en la admisión de entidades, ninguna ontología la incluye a día de hoy entre sus componentes. Lo que sí existe desde hace una década (o acaso más, mucho más, si miramos hacia atrás sin repetición acrítica de lo mil veces dicho y leído), lo que forma parte de toda ontología actualizada, es la Diada Nacional-secesionista e hispanofóbica de Catalunya, impulsada, organizada, voceada, revisada, narrada, publicitada, agitada, historizada, contada, televisada, retransmitida y dirigida por el nacional-secesionismo hispanofóbico, y apoyada -con lenguaje y praxis confusos- por las fuerzas afines que suelen bailarles el agua (Por ejemplo, en el último pleno del Ayuntamiento de Barcelona. Véase J. L. López Bulla, “Ada Colau o la izquierda atolondrada” https://lopezbulla.blogspot.com/2020/08/ada-colau-o-la-izquierda-atolondrada.html?m=1).

Lo que debe (o debería) pensar y decir la izquierda de esta celebración nacionalista excluyente, donde se difunden, gritan y corean valores, procedimientos y finalidades que nada tienen que ver con su cosmovisión (solidaria, fraternal, internacionalista, de apoyo mutuo), es evidente: nosaltres no som d’eixe món (Raimon). ¡Nosotros no tenemos nada que ver con todo eso! Nada. 

Tras aquellos pueriles (e interesados) ‘consejos’ que solían darnos años atrás compañeros que se decían de izquierda intentando convencernos (¡confundirnos más bien!) para que acudiésemos y “transformásemos” políticamente aquellas manifestaciones pletóricas de esteladas-estrelladas (han roto a conciencia en mil pedazos la señera como punto de encuentro), no queda otra que señalar, con la máxima claridad que nos sea posible, que todo esto, todo, incluidas las ofrendas forales matutinas y acciones anexas, no va con nosotros. 

No hay en estos llamamientos, proclamas y acciones nacionalistas (tampoco en otros de otro signo por supuesto) nada que tenga que ver con nuestra tradición republicana-democrática de izquierdas ni con cualquier otra tradición que tenga en la cercanía, comprensión, conocimiento, unidad y proximidad de la ciudadanía-trabajadora de las comunidades españoles un eje básico, esencial, de su concepción política.

¿Inactivos entonces? ¿No hay nada que nos vincule a ese día? Por supuesto que sí, hay mucho que recordar: el 11S chileno, la experiencia socialista de aquel Chile de la Unidad Popular que siempre ha formado parte de nuestras señas de identidad. (...)

No existe propiamente la ‘Diana Nacional de Catalunya’. Por generosa que sea en la admisión de entidades, ninguna ontología la incluye a día de hoy entre sus componentes. Lo que sí existe desde hace una década (o acaso más, mucho más, si miramos hacia atrás sin repetición acrítica de lo mil veces dicho y leído), lo que forma parte de toda ontología actualizada, es la Diada Nacional-secesionista e hispanofóbica de Catalunya, impulsada, organizada, voceada, revisada, narrada, publicitada, agitada, historizada, contada, televisada, retransmitida y dirigida por el nacional-secesionismo hispanofóbico, y apoyada -con lenguaje y praxis confusos- por las fuerzas afines que suelen bailarles el agua (Por ejemplo, en el último pleno del Ayuntamiento de Barcelona. Véase J. L. López Bulla, “Ada Colau o la izquierda atolondrada” https://lopezbulla.blogspot.com/2020/08/ada-colau-o-la-izquierda-atolondrada.html?m=1).

Lo que debe (o debería) pensar y decir la izquierda de esta celebración nacionalista excluyente, donde se difunden, gritan y corean valores, procedimientos y finalidades que nada tienen que ver con su cosmovisión (solidaria, fraternal, internacionalista, de apoyo mutuo), es evidente: nosaltres no som d’eixe món (Raimon). ¡Nosotros no tenemos nada que ver con todo eso! Nada. 

Tras aquellos pueriles (e interesados) ‘consejos’ que solían darnos años atrás compañeros que se decían de izquierda intentando convencernos (¡confundirnos más bien!) para que acudiésemos y “transformásemos” políticamente aquellas manifestaciones pletóricas de esteladas-estrelladas (han roto a conciencia en mil pedazos la señera como punto de encuentro), no queda otra que señalar, con la máxima claridad que nos sea posible, que todo esto, todo, incluidas las ofrendas forales matutinas y acciones anexas, no va con nosotros. 

No hay en estos llamamientos, proclamas y acciones nacionalistas (tampoco en otros de otro signo por supuesto) nada que tenga que ver con nuestra tradición republicana-democrática de izquierdas ni con cualquier otra tradición que tenga en la cercanía, comprensión, conocimiento, unidad y proximidad de la ciudadanía-trabajadora de las comunidades españoles un eje básico, esencial, de su concepción política.

¿Inactivos entonces? ¿No hay nada que nos vincule a ese día? Por supuesto que sí, hay mucho que recordar: el 11S chileno, la experiencia socialista de aquel Chile de la Unidad Popular que siempre ha formado parte de nuestras señas de identidad.(...)"                (Salvador López Arnal, Rebelión, 05/09/20)

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