"Finalmente, el proceso independentista catalán se ha convertido
exclusivamente en una pugna por el futuro control del independentismo.
Oriol Junqueras, en la cárcel, y Carles Puigdemont, en Waterloo, están
protagonizando un pulso que es básicamente electoral, aunque se disfrace
de grandes palabras patrióticas.
Las elecciones catalanas permiten el acceso al poder institucional y político de la Generalitat. Entre otras cuestiones, los que ganan las elecciones, en principio deben controlar todo el aparato administrativo autonómico, lo que implica el control sobre los presupuestos de la Generalitat. Y es ahí donde reside el poder: en la capacidad de decisión sobre el dinero público.
El presupuesto de la Generalitat permite el reparto de sueldos y cargos; la contratación de asesores; la posibilidad de gestionar los contratos públicos, lo que abre un campo inmenso a negocios y corrupciones como el 3%, y las decisiones sobre el presente y el futuro de miles de funcionarios, lo que propicia su utilización política. El proyecto independentista ya sólo es eso." (e-notícies, 29/11/19)
Las elecciones catalanas permiten el acceso al poder institucional y político de la Generalitat. Entre otras cuestiones, los que ganan las elecciones, en principio deben controlar todo el aparato administrativo autonómico, lo que implica el control sobre los presupuestos de la Generalitat. Y es ahí donde reside el poder: en la capacidad de decisión sobre el dinero público.
El presupuesto de la Generalitat permite el reparto de sueldos y cargos; la contratación de asesores; la posibilidad de gestionar los contratos públicos, lo que abre un campo inmenso a negocios y corrupciones como el 3%, y las decisiones sobre el presente y el futuro de miles de funcionarios, lo que propicia su utilización política. El proyecto independentista ya sólo es eso." (e-notícies, 29/11/19)
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