24/10/19

Quim Torra, el activista que perdió el control... el hombre que se congratuló del intento de ocupación del aeropuerto de El Prat, y al mismo tiempo, defendió a los policías que reprimían a los manifestantes...

"Hay un hombre que el pasado lunes se congratuló del intento de ocupación del aeropuerto de El Prat. Paradójicamente, al mismo tiempo defendió a los policías que reprimían a los manifestantes. 

Este hombre, en plena crisis de violencia en Cataluña, también participó en una marcha que cortaba una autopista y animó a la población a que se sumara al paro laboral del viernes. Esta persona no es uno de los miles de activistas movilizados contra la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a los líderes independentistas: se trata de Quim Torra, el presidente de la Generalitat y oficialmente el máximo representante del Estado en Cataluña.

El miércoles, tras el bloqueo del aeropuerto y después de la noche del martes —la primera jornada de violencia urbana—, el Ejecutivo catalán mantuvo una tensa reunión de urgencia. Se anunció una declaración ante la prensa del consejero del Interior, Miquel Buch, pero las diferencias sobre cómo afrontar la situación entre las dos fuerzas que componen el Govern, Junts per Catalunya y ERC, provocaron la cancelación de la comparecencia. Torra y Buch recibían una ola de críticas desde sus filas y desde ERC por la intervención de los Mossos d’Esquadra en el intento de paralizar El Prat y en los altercados nocturnos. 

Altos cargos de los republicanos, como el presidente del Parlamento autonómico, Roger Torrent, o el líder del partido en el Congreso, Gabriel Rufián, han exigido dimisiones por las actuaciones de la policía catalana.

Desconcierto

En medio de este desconcierto político e institucional, la reunión del Ejecutivo finalizó sin comunicar resultado alguno. Torra se trasladó a la marcha independentista que en aquellos momentos cortaba la autopista AP-7. 

Acompañado por el exlehendakari Juan José Ibarretxe y por personas de su confianza, Torra ofreció unas breves palabras, recogidas por la agencia Efe, en las que aseguró apoyar “todas las manifestaciones que se están haciendo en Cataluña” y agradeció “a todos los manifestantes, los miles de personas que están hoy en todas las calles, autopistas y autovías de Cataluña, su espíritu cívico y pacífico”. 

La primera crítica, de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tardó poco en llegar: “Estamos viendo a un presidente que parece más activista que presidente. No necesitamos a un presidente que se va a las manifestaciones en lugar de explicar la situación y cómo cree que hay que afrontarla”.

Mientras el vicepresidente, el republicano Pere Aragonès, y otros referentes de ERC pidieron aislar la violencia callejera desde las primeras horas del estallido, Torra continuó en silencio. En la medianoche del miércoles al jueves, cuando la situación parecía insostenible, el presidente reaccionó con una declaración institucional: “No podemos permitir que grupos de infiltrados y de provocadores estropeen la imagen de un movimiento de millones de catalanes que han salido siempre a la calle de manera firme, pero serena”. 

La mención de que los violentos eran infiltrados, y no jóvenes independentistas, caldeó más los ánimos. El jueves, en el Parlament, Torra insistió en otra falsedad: “Hemos tenido que ver el despliegue de militares y guardias civiles en Cataluña, ordenado por el Gobierno de Pedro Sánchez”. (...)

La estrategia del presidente está supervisada por Puigdemont. La comunicación entre ambos es permanente, con encuentros como el del pasado agosto en Suiza. En esta cita, Torra, Puigdemont y representantes de los partidos nacionalistas y de las principales entidades sociales del independentismo fueron informados del surgimiento de la organización anónima Tsunami Democràtic

Los asistentes dieron su visto bueno y celebraron públicamente su nacimiento. Tsunami Democràtic, que tiene más de 350.000 seguidores en sus canales de comunicación, dirigió el bloqueo del aeropuerto de Barcelona y está siendo investigado por la Audiencia Nacional.

Ante el descontrol político y violento crecen las voces que piden un adelanto electoral en Cataluña. El veterano miembro de ERC Joan Tardà ha exigido comicios “cuanto antes para generar un Gobierno que represente mayorías más amplias”. Torra respondió que no veía motivos para romper la coalición. Su futuro como gobernante puede depender del tribunal que en los próximos meses le juzgará por presunta desobediencia a la Junta Electoral Central al mantener lazos amarillos en la fachada del Palau de la Generalitat en plena campaña de las elecciones generales. Si es condenado, podría ser inhabilitado hasta dos años para ocupar un cargo público."                 (Cristian Segura, El País, 20/10/19)

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