"(...) Todo lo que está ocurriendo en Cataluña, ¿tiene relación con los movimientos populistas?
El auge del independentismo es parte del populismo
que está afectando a muchísimos países. Algunos como Estados Unidos,
Reino Unido o el caso de Cataluña, y otros de los que no se habla como
zonas que yo he cubierto del mundo y donde también se está produciendo
este fenómeno.
Pasan varias cosas. Las élites económicas y políticas, en
general, no se han dado cuenta del impacto tan grande que tuvo la
crisis económica y de lo mucho que ha distanciado a la gente de los
poderes tradicionales. Cuando hay esa desafección, encuentras
aprovechados que saben decir lo que la gente quiere escuchar.
Y la
gente, que ha visto disminuir su prosperidad o sus posibilidades de que
le vaya mejor en el futuro, cree fácilmente en el populista que les
promete el paraíso eterno. En el caso de Cataluña hay un populismo
evidente, pero lo que hay también es una dejadez por parte de los
diferentes Gobiernos españoles durante décadas.
Dices: «El Gobierno comunica como si estuviéramos en 1987 y la Generalitat, como si estuviéramos en 2017».
Unos de los grandes éxitos del independentismo ha
sido el relato de cara al interior, a Cataluña, pero, sobre todo, al
exterior. Y el Gobierno ha perdido completamente la batalla de la
comunicación, porque no está acostumbrado a comunicar cuando no tiene el
control de los medios.
En los últimos años, ha manipulado a los medios
públicos, ha forzado el despido de periodistas y ha utilizado la
influencia que puede ejercer a través de la publicidad institucional y
de licencias de televisión, para controlar el mensaje.
Pero, cuando
estás hablando de una historia con repercusión internacional, de repente
tu relato ya no lo puedes imponer de la misma manera. Los
corresponsales extranjeros no van a comprar tu mensaje simplemente
porque sea el oficial, están acostumbrados a otra cosa.
El
independentismo se mueve en las redes sociales de una manera
apabullante, han estado cortejando a los corresponsales extranjeros
durante años. Han empleado recursos y dinero público en vender un
mensaje, mientras el Gobierno en Madrid hacía el periodismo comunicativo
de los viejos tiempos: el de mandar una nota o dar una rueda de prensa,
a veces sin preguntas.
Y no tienen ni siquiera a gente que hable
inglés, que pueda estar contando el relato de otra manera. Solo
gobernantes que repiten los mismos lemas para su propio público. El
resultado ha sido un desastre para la imagen de España: el
independentismo ha conseguido que el mensaje que cale es el de un país
autoritario que reprime a catalanes que lo único que querían hacer era
votar.
¿Qué opinas de la respuesta de Rajoy?
Se le considera a menudo un gran estratega de los
tiempos, por esperar a que el rival se autodestruya destruya. En el
problema de Cataluña, ha sido una grave negligencia.
Mientras él no
hacía nada, el independentismo ha hecho grandes campañas activistas de
movilización, ha ido a las universidades a atraer al mayor número de
jóvenes, ha seguido educando en muchas escuelas en el resentimiento a
España, se ha movido fuera para vender un relato que en muchos casos no
tiene nada que ver con la realidad.
Los ciudadanos tenemos la
sensación de que este conflicto está absorbiendo todo y ya no se habla
de corrupción, de esas leyes de regeneración democrática que se estaban
intentando poner en marcha, de la lucha contra la desigualdad, etc.
Está sucediendo, pero no es el único motivo. Yo le
achaco al Gobierno, a este y a algunos anteriores, la incapacidad para
la regeneración de España. Rajoy ha sido el gran defensor del
inmovilismo. No ha sabido leer hasta qué punto la gente estaba, está,
harta de la clase política que en los años más duros de la crisis exigía
a la sociedad unos sacrificios enormes y no se aplicaba ninguno a
ellos.
No solo no hemos ido hacia una regeneración, sino que lo que se
ha producido es una regresión: se intenta con mucha más determinación
controlar a los jueces, y los medios públicos de comunicación han sido
asaltados de una manera burda. Después de no sé cuántos planes de
educación, ha sido imposible llevar a cabo una reforma seria, que al
final es la única manera de transformar un país. (...)" (Entrevista a David Jiménez, ex-diredtor de El Mundo, Pablo Blázquez, Ethic, 18/01/18)
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