28/2/19

Nadie medianamente informado ha pensado que la independencia de Catalunya ha estado cerca... ha habido un fracaso absoluto de los intelectuales independentistas en promover y creer su propia narrativa propagandística... pero se ha roto el consenso cultural, social y político sobre la lengua catalana, también se ha roto el proyecto de nation-building, de la construcción de la nación catalana llevado a cabo desde 1980 por Pujol. El modelo lingüístico, aceptado por casi todos durante décadas, se ha roto y van a aparecer conflictos lingüísticos, ya no externo a la sociedad catalana, sino interno, dentro de ella...

"Andrew Dowling no es muy conocido para el gran público de la Península, lo que es una mala noticia para el gran público de la Península. Iberista, ejerce la docencia en la Universidad de Cardiff. Sus investigaciones se centran en la Catalunya del siglo XX (...)

Nos vimos el año pasado, en plena efervescencia del Procés. Has vuelto un año después. A los que estamos aquí, todo se nos junta en una sola fotografía. ¿Qué viste el año pasado y que has visto en éste?

Cuando vine hace un año, se podría decir que la sociedad catalana estaba en estado de shock, de trauma colectivo si quieres, por todo lo que había pasado entre septiembre y diciembre de 2017. 

Ahora diría que las cosas están más calmadas en general, si bien el mundo independentista se encuentra entre las dos primeras fases de los cinco fases del luto: la negación y el enfado. La negación de que el proyecto ha fallado, que la república es inexistente, y también la negación en reconocer los errores enormes cometidos en creer su propia propaganda.

 También tenemos el enfado por la actuación policíaca del 1O, por los presos catalanes, y un enfado por querer que aparezca la república catalana ya. La revolución de las sonrisas acabó el 1 de octubre de 2017, pero tampoco va a cambiar la situación con una vía insurreccional de los CDR. Pierdan igual.

El Procesismo parece, como dices, no haber hecho una lectura de lo ocurrido. En tu libro, parece que tampoco tenías una idea clara de lo que podía ocurrir. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo ves tú, que los has ido entrevistado personalmente, el proceso de toma de decisiones de sus líderes? ¿A qué obedece?

Cuando acabé mi libro en agosto de 2017, pensé que la probabilidad de la independencia catalana en los próximas años se encontraba en un cifra de un 10%. Ahora diría, sin querer ser un futurólogo, un Nostradamus, que se encuentra en un 0,5% de probabilidad en los próximos años. Porque se trata de una correlación de fuerzas. 

Nadie medianamente informado ha pensado que la independencia de Catalunya ha estado o cerca o inminente estos años. Desde 2012, he hablado con académicos de muchos países, y jamás he encontrado uno que haya pensado que la independencia de Catalunya ha estado a punto de ocurrir. Los únicos que han creído que fuera inminente son los que apoyaban la causa. 

Y esto va desde la persona más humilde hasta intelectuales de prestigio. Ha sido cuestión de fe y 0% de racionalidad.

¿Hay alguna patología en todo esto, o bien hay autores o puntos de vista de algún intelectual procesista que desconocemos?

Como dije, en general el mundo intelectual independentista ha hecho propaganda, no análisis riguroso de la realidad del Estado, de la situación geopolítica e internacional, de la correlación de fuerzas realmente existentes. 

La propaganda es obviamente muy importante para cualquier causa política, pero si acabas creyendo tu propia propaganda, estás fallando como un intelectual, como periodista, como analista y, claro, como político. 

Entonces, ha habido un fracaso absoluto de los intelectuales independentistas en promover y creer su propia narrativa propagandística. Ha habido un ensimismamiento absoluto de estos intelectuales que ha contribuido a una derrota completa. 

Esta ausencia de plan, ¿es hasta cierto punto una originalidad europea? ¿Se parece un tanto a la cosa brexit?

En la negacionismo de la realidad, sí que hay parecidos con el brexit. De creer que el sueño de brexit o la independencia de Catalunya podría producirse sin costes también. Igual que Gran Bretaña, importante, pero no tan importante como era, Catalunya es importante en España, pero no tanto como era. 

En este sentido, tanto el brexit como el independentismo catalán tienen un componente, un paralelismo consistente en necesitar querer, o necesitar ver que son más importantes de lo que realmente son. Se trata de crisis existenciales en los dos casos.

Parece que esto está adquiriendo, en todas las trincheras, un giro identitario. ¿Ves parecido o recorrido para una derecha identitaria catalana, como está sucediendo en otros territorios de Europa? 

El concepto identitario siempre ha existido como un componente dentro del catalanismo catalán, nunca mayoritario, es cierto, pero ahora ha salido del armario. Yo pienso que cada artículo supremacista o etnicista que se escriba, o tuit insultante que aparezca por gente prominente, es la garantía de que el independentismo de Catalunya no va a ocurrir. 

Para este independentismo identitario, el español es el otro, pero eso es muy peligroso porque se trata de más de la mitad de la sociedad catalana. No se puede despreciar a la población catalana con sentimientos españoles y después no saber comprender que no compren la narrativa independentista. 

En este sentido, igual que la derecha españolista, que niega la realidad de una España plural, diversa y multicultural, el independentismo niega la realidad de una Catalunya mestiza, diversa y multicultural, que para mí siempre ha sido un alto valor del país.

¿Cómo le puede sentar a lo que está ocurriendo el nacimiento de una extrema derecha española, con representación, todo apunta a ello, en el Congreso y en el Parlament?

Con la ausencia de ETA, la derecha española ha encontrado el enemigo interno que les unifique: el independentismo catalán. Parece que será difícil que el independentismo catalán crezca más allá del 48%, pero el hecho de que tampoco baje va a facilitar años de discurso nacionalista español de ¡Santiago y Cierra España! 

Parece, por otra parte, que se han roto consensos sociales, antes que políticos, como el de la lengua. Si es así, eso supondría un gran cambio cultural en Catalunya. ¿Te atreves a visualizar el futuro de esa lengua sin Estado y, tal vez, sin consenso?

Yo creo que es bastante probable que en los próximos años van a haber cada vez más castellano-hablantes en Catalunya que van a cuestionar el modelo de inmersión lingüística. Se ha roto el consenso cultural, social y político sobre la lengua catalana, también se ha roto el proyecto de nation-building, de la construcción de la nación catalana llevado a cabo desde 1980, iniciado por Jordi Pujol. El modelo lingüístico, aceptado por casi todos durante décadas, se ha roto, y temo que va a aparecer conflicto lingüístico, ya no externo a la sociedad catalana, sino interno, dentro de ella.

¿Cómo ves lo de la huelga de hambre? ¿Cómo se percibe en UK? ¿Existe?

Recuerdo mucho la huelga de hambre del IRA del año 1981, porque se sabía desde el primer momento que los huelguistas del IRA tenían un compromiso absoluto en morir por la causa. Y murieron diez.

 Por ahora, la huelga de hambre catalana tiene poco o ninguna resonancia internacionalmente, quizá porque al principio decían que era temporal, o quizá porque después de tantas promesas incumplidas por parte del independentismo, la huelga de hambre catalana tiene problema de credibilidad.

¿Cómo se percibe el juicio en UK? ¿Puede suponer algún tipo de erosión para el Estado? ¿Hay interés por parte de la opinión pública británica?

Yo creo que podría tener sus momentos de interés a nivel internacional, porque esta clase de juicios son muy poco comunes. Sí que habrá interés, sobre todo porque los cargos contra los líderes independendistas son tan exagerados que, seguramente, van a tener poca comprensión internacionalmente.

 ¿Una posible erosión del Estado? Quizás, pero la justicia española no tiene ninguna credibilidad entre el independentismo. Pero es posible también que los juicios no ayuden a la causa independentista tanto como se espere. 

Primero, va a depender de si los acusados tienen o no una defensa unificada, es decir, que nadie entre ellos culpe a otro por un cargo contra él o ella. 

Segundo, creo que la fiscalía va a sacar bastante material comprometedor, de contradicciones evidentes entre lo que decían los políticos independentistas en público y lo que pensaban realmente en privado, o se comunicaban entre ellos. Ya ha salido bastante material de esta clase, pero creo va a aparecer más que va a sorprender a muchos. 

Con el independentismo cada vez más dividido, estos dos factores podrían crear aún más divisiones en el universo soberanista catalán."            (Entrevista a Andrew Dowling, Guillem Martínez, CTXT, 19/01/19)

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