9/11/17

Los nacionalistas han sido capaces de construir un Estado, pero en absoluto una nación y ese fracaso alcanzará toda su vida útil

"(...) Los nacionalistas han sido capaces de construir, más o menos, un Estado, pero en absoluto una nación y ese fracaso alcanzará toda su vida útil.

La inmensa manifestación de ayer, como la del 8 de octubre, no prueba que haya crecido exponencialmente el número de constitucionalistas catalanes ni lo pretende. 

Solo indica que han aumentado su movilización y su beligerancia, y esas dos condiciones, al margen de que sea o no preámbulo de un futuro incremento de votos, fracturan el ensueño de un gobierno que camina hacia Ítaca con una encendida nación detrás.

 El nacionalismo catalán solo da para gobernar una región autónoma española. ¡Desdichadamente no es poco! Pero no da para un paso más. Durante los últimos años la costra catalana ha ido predicando el mensaje de la independencia. 

Cíclicamente los órganos de gobierno de universidades, de colegios profesionales, de clubs de fútbol, de asociaciones culturales, de medios de comunicación, todos ellos dependientes del Presupuesto y exaltados por una activa pléyade de curas y campesinas, han creído y hecho creer que el pueblo elegido podía asaltar el Estado democrático.

Pero como siempre ocurre con los adoquines debajo estaba la playa. Y el inexorable reflujo de las mareas."                  (Arcadi Espada, El Mundo, 30/10/17)

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