"(...) Pero un dato de especial importancia es que los que no votaron por la
independencia fueron primordialmente las personas pertenecientes a la
clase trabajadora en Cataluña, lo cual no quiere decir (como siempre
maliciosamente se me malinterpreta) que en el movimiento independentista
no haya personas pertenecientes a la clase trabajadora.
Sí que las hay,
pero la mayoría de la población de los barrios obreros no votó a favor
de partidos independentistas.
Hay una relación inversa en Cataluña entre
nivel de renta y apoyo a la independencia. La evidencia está ahí para
todo aquel que quiera verla. Y las razones para ello son múltiples.
Una
de ellas es que la mayoría de la clase trabajadora procede de otras
partes de España, lo que explica su identificación emocional con España,
movilizándose en las elecciones autonómicas (centradas en independencia
sí o independencia no) detrás de partidos como Ciudadanos que se
presentaron como los defensores de la unidad de España. (...)
En Cataluña, sin embargo, el movimiento
independentista ha sido hegemonizado por las derechas catalanas, y muy
en particular por el partido liberal CDC, responsable de las medidas
neoliberales (reformas laborales y recortes) que han perjudicado más a
la clase trabajadora catalana.
De ahí que la clase trabajadora no se
sienta identificada con el independentismo, y haya votado, en las
últimas elecciones autonómicas, al partido percibido como más
anti-independentista que se percibía era Ciudadanos. Esto no cambiará, y
de ahí que el futuro del independentismo sea limitado, a no ser que
éste movilice a la clase trabajadora, que hoy simpatiza poco con él.
Se me dirá que la CUP, Candidatura de
Unidad Popular, un partido de izquierdas radical independentista tiene
dicho potencial, pero la realidad es que tal partido es minoritario
entre la clase trabajadora.
Es más, el anteponer siempre el tema
nacional (considerando el alcanzar la independencia como su meta más
urgente) le lleva a unas alianzas (como estamos viendo estos días) con
la derecha neoliberal que dificulta la movilización de tal clase. Serán
percibidos por las clases populares como los que han salvado a CDC, el
partido liberal responsable de la altamente impopular reforma laboral
(que ha causado un descenso espectacular de los salarios) y de los
recortes del gasto público social (que han perjudicado el bienestar de
las clases populares).
Centrar el debate en apoyar la investidura del
Presidente en funciones, el Sr. Mas (el máximo dirigente de CDC), parece
olvidar que el problema de Junts pel Sí no es solo la persona del Sr.
Mas sino el dominio de tal coalición por el partido heredero del
pujolismo y responsable del gran retraso social en Cataluña.
CDC es el
pujolismo que hoy, en el postpujolismo, se ha transformado en
independentista, sin variar un ápice sus políticas económicas y
sociales, que lo convirtieron en el mejor aliado del PP en las Cortes
Españolas. Creer que ello quedaría olvidado por un “rescate social”, es
ignorar que este partido continuaría dominando la Transición hacia un
Estado independiente, configurando, por lo tanto, el rechazo de las
clases populares hacia el independentismo. (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 24 de diciembre de 2015, en www.vnavarro.org, 24/12/16)
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