1/6/15

La herencia de Artur Mas


"A finales de 2010 el nacionalismo aparentemente moderado de CiU lo tenía todo: su eterno rival, el PSC, estaba hundido por el descabellado zapaterismo, el nefasto tripartito había noqueado a ERC, los convergentes acababan de regresar a la Generalitat, detentaban en enorme poder municipal y el relato político nacionalista era hegemónico e indiscutido. Desde las alturas Jordi Pujol, el fundador del partido, cuidaba benévolamente de los catalanes.

Apenas 4 años después, CiU está destruida: el radicalismo separatista ha alejado a las mejores cabezas del partido, el inopinado adelanto de las autonómicas en 2012 dejó a CiU sin 12 diputados, en las europeas de 2014 el partido de Mas fue superado por ERC, la coalición con Unió está a punto de saltar por los aires cada lunes por la mañana, y tras las últimas elecciones municipales CiU ha perdido Barcelona y es casi extraparlamentaria en su área metropolitana y en las ciudades más pobladas de Cataluña.

Artur Mas ni siquiera puede presentar como aval su acción de gobierno, porque más allá de la huida hacia adelante separatista no ha hecho nada. Cataluña está arruinada, debemos 65.000€ millones, no tenemos crédito internacional, los catalanes pagamos los mayores impuestos autonómicos de España, la sociedad está dividida, la convivencia rota y sólo gracias al Estado puede la Gene pagar sus facturas a fin de mes. Un desastre. (...)"                   (Dolça Catalunya, 26/05/2015)

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