10/3/22

Albert Soler: Ahora se lleva decir que la Republiqueta fue una broma que España no entendió... Para mí, como si quieren proclamar una republiqueta cada día desde un balcón diferente, lo único que pido es que al menos dejen de lloriquear, que al final el mundo pensará que todos los catalanes somos igual de pisaflor que los lacistas

 "Ahora se lleva decir que la Republiqueta fue una broma que España no entendió, ya se sabe que el humor catalán es muy especial. Pero yo recuerdo la época que nos repetían que en dieciocho meses justos, in, inde, independientes. En aquel tiempo, todo llacista tenía siempre un gráfico a mano, donde había detallados todos los pasos a seguir hasta que, ali-hop, al cabo de dieciocho meses clavados, Cataluña se convertía en un nuevo estado, no en cualquiera, sino en el mejor. 

 Entrevisté fuerza políticos de ERC y de JuntsxPowerpoint o como se llamara entonces. Hablo de políticos de larga trayectoria y experiencia, diputados, senadores, gente a la que aún se le tenía cierto respeto intelectual, no de niñas de la CUP. 

Todos ellos, cuando les preguntaba si de verdad creían que en un año y medio republiqueta, sacudían suavemente la cabeza y con un gesto de aburrimiento por tener que explicar cosas tan simples, sacaban de algún lugar ese tipo de powerpoint, siempre el mismo, lo debían repartir a todos los fieles, quizá lo diseñó el Vivales en una noche de insomnio.

 Allí, con flechas y diagramas, quedaba diáfano que en dos meses el referéndum, en cuatro, formación de una asamblea constituyente, en seis, aprobación de la constitución catalana, en doce, yo qué sé, quizás colocar las aduanas y graduar la primera promoción del flamante ejército y etcétera. Y en dieciocho meses, ni uno más ni uno menos, reconocimiento internacional, miembro de pleno derecho de la UE, asiento en la ONU y cada año en Eurovisión. Punto y final.

 Me lo contaron y enseñaron en varias ocasiones, siempre con cara de estar mostrando un hecho inevitable, una hoja de ruta -todos decían «hoja de ruta» - incontestable. Y era literalmente incontestable, al menos yo era incapaz de contestar nada, porque me venía un solo pensamiento en la cabeza. 

- ¿De qué frenopático ha escapado esta banda de chiflados? 

Cualquier niño de pecho veía que aquello era una quimera, el sueño de una mala noche del Vivales, pero lo repetían a cada entrevista, en cada ocasión.

¿ Nadie, allí dentro, era capaz de ver la dimensión de la tontería? En lugar de eso, se les veía satisfechos de poder hacer partícipe de la verdad revelada a un escéptico como yo, un pobre periodista que era el único que aún no la conocía, y mira que es evidente, aquí está bien claro, véis: dieciocho meses. Y yo, una y otra vez, con un solo pensamiento. 

- ¿De qué frenopático han escapado?

 Se lo pasaron bien, las bromas son muy divertidas, y si engañas a dos millones de personas, significa que eres un bromista excepcional. El único problema de las bromas es cuando llega el momento de pagarlas. 

Se ve que el Tribunal de Cuentas -qué poco sentido del humor tienen en Madrid- no le gusta que el coste de la broma repercuta en todos los catalanes, incluso en los que no jugaban. Al famoso powerpoint le faltaba el apartado que decía «al final todo esto se tendrá que pagar», también es mala suerte.

 O sea que ahora toca llorar, que es el arte que más domina el lacismo. Empezaron con España nos roba, siguieron el 1-O con España nos pega, más adelante, con el juicio, fue el turno de España nos castiga, y ahora la vara es España nos multa, o mejor dicho España nos mata civil, que es la forma lacista de decirlo, mucho más épica y cruel, donde va a parar. A mí me mataron civilmente hace dos días para no poner el ticket de zona azul.

 Para mí, como si quieren proclamar una republiqueta cada día desde un balcón diferente, lo único que pido es que al menos dejen de lloriquear, que al final el mundo pensará que todos los catalanes somos igual de pisaflor que los lacistas."               (Albert Soler, Diari de Girona, 02/07/21)

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