"(...) Soy como el niño de casa buena que se hace comunista. Hay una
saludable tendencia a ser más severa con la crítica a lo propio. Diría
que, ahora mismo, en el lado catalanista hay más acomplejamiento. Hay
toda esta efervescencia simbólico-patriótica de marcar paquete, el
paquete de 1714, pero solo responde a un complejo de inferioridad.
¿Complejo de inferioridad?
Ahora mismo, por el lado español, no veo complejo de inferioridad. Sí
que lo hubo en el pasado. Ahora lo que veo es asqueo y aburrimiento. Si
antes éramos repelentes pero fascinantes, ahora solo somos repelentes.
Poco a poco, el conjunto de España se ha ido poniendo a la par y ya no
hay ese abismo.
El resto de España ha cogido empuje y Barcelona lo ha
perdido. Esa posición de liderazgo, de locomotora económica y cultural
ya no la tiene. Y yo creo que eso jode. El catalán tiene una difusa
sensación de haber pasado del maillot amarillo al pelotón de los torpes,
y eso no le gusta.
¿En Cataluña vivimos de una imagen que ya no es real?
Creo que sí. Todo el mundo tiene tendencia a hacer esto. Pero lo malo
no es hacer esto, sino no saber que lo haces y hacerlo en grado sumo.
En estos momentos, la brecha entre la autorrepresentación mental de lo
catalán y la propia realidad catalana es tan grande que te tienes que ir
al retrato de Dorian Gray para encontrar equivalencia. Además, no saber
que te estás autoengañando es peligroso. (...)
Usted ha apoyado públicamente a Ciudadanos y proviene de un
entorno catalanista. ¿Es una huérfana del PSC? ¿Cree que el PSC es
acomplejado frente al nacionalismo?
Yo huérfana del PSC no puedo ser porque, como cuento en mi libro, era
una de las niñas bonitas de la prensa catalanista y tuve que aguantar
toda clase de puyazos, de impertinencias y de tonterías de la gente del
PSC. Mi capacidad de mitificar al PSC era nula porque me parecieron
siempre unos engreídos de pueblo. Dicho lo cual, con el tiempo, he
aprendido a valorar la función que tenía ese partido como correa de
transmisión con las Españas.
Pues, ¿se siente huérfana de algo?
Yo me siento huérfana de todo lo español. En un momento dado hubo un
apagón. Para los políticos españoles es más fácil desentenderse de
Cataluña o dejar que la finca se la administren entre los
independentistas, los nacionalistas y ya está.
Eso no es justo porque no
todos los catalanes somos iguales y yo tengo acciones en España y
quiero que, así como pago mis impuestos, muy a mi pesar, y a cambio
quiero los servicios sociales, también quiero servicios nacionales. (...)
¿Es Cataluña independiente de facto?
Mucha gente cree que sí, pero en la práctica no es así, no es verdad.
Es como si te fumas un porro y todo te parece facil, más grande será la
resaca. (...)
En su libro cuenta la anécdota de un taxista que echó a una
periodista del vehículo por hablar en catalán y que la entidad Ómnium
Cultural se puso en contacto con ella para denunciarlo. ¿Qué pasaría si
en el resto de España hubiera entidades que se dedicaran a señalar y
perseguir cada disparate que se dicen desde Cataluña contra España?
La fundación FAES o Francisco Franco pueden, a lo mejor,
ocasionalmente y históricamente haber hecho esta función. O los medios
de comunicación. Pero la obsesión es necesariamente asimétrica entre la
parte (Cataluña) y el todo (España). La gente de Ómnium Cultural vive
para acabar con España. Aquí nadie vive para acabar con Cataluña. En
todo caso, para acabar con algunas cosas.
¿Quién se equivocó más, Cataluña rechazando el concierto económico, o España aceptando que lo tuviera el País Vasco?
Depende de dónde pongas la carga de la prueba. Si piensas en ventajas
inmediatas, sin duda, si Cataluña hubiera conseguido el concierto el
pueblo catalán tendría más recursos que administrar, más dinero. Desde
un punto de vista global, yo creo que no debería existir ni el catalán,
ni el vasco, ni el de Cuenca, vamos. No me entra en la cabeza que se
admitan tratos diferenciales.
¿La estrategia de Mariano Rajoy durante el 9N fue acertada?
Fue acertada para evitar males mayores, pero no para que pase nada
bueno. Con Rajoy parece que nunca se va a romper España, pero tampoco se
va arreglar el problema.
¿Por qué a muchos les saca de quicio una "catalana de pura cepa y española sin complejos" (tal como se ha definido usted)?
Porque es mucho más fácil dividir el mundo entre catalanes y fachas. Y
que una persona como yo con un historial como el mío... o yo me he
vuelto loca o se han vuelto locos ellos.
¿Cuál ha sido su evolución?
Hace 15 o 20 años era una persona convencida de las virtudes del
catalansimo, aunque nunca fui independentista, me creía que el
catalanismo era una gran cosa mientras que a día de hoy lo considero
pernicioso, casposo y rancio. También pensaba que la política no tenía
que ver conmigo y ahora, meterme en política como que no lo veo, pero me
siento más impulsada a enseñar mis cartas, a mostrar a quién apoyo y a
quién dejo de apoyar.
¿Ha perdido amistades en Cataluña por su beligerancia contra el nacionalismo?
He perdido falsas amistades. Los amigos de verdad, mientras tú seas
honesto contigo mismo y vivas tus ideas honestamente y de buena fe, los
tendrás. Si pierdes amistades por esto, es que no eran amistades, eran
otra cosa, otro ganado. (...)
Cuando se despidió del diario Ara por prohibirle
publicar un artículo denunció que la censura en prensa está mucho más
extendida de lo que parece. ¿Hay mucho buenismo en Cataluña? ¿Cosas que
no se pueden publicar simplemente porque son políticamente incorrectas?
A mi me estaban censurando y la persona que me censuró pretendía que
no me estaba censurando. Esto es como si te están tirando al suelo y
pretenden que no te están violando. Vamos a ver, tú puedes pretender lo
que quieras, pero es lo que es. Uno de los problemas de la corrección
política es que llega un momento que resta toda capacidad no ya de
crítica, sino de constatación de la evidencia.
¿Cuáles son sus pronósticos sobre la situación política en Cataluña?
Yo ya me he perdido. Me sería más fácil eliminar el asesino de Agatha
Christie que saber cómo terminará esto. Creo que va a terminar muy mal,
probablemente con un empobrecimiento político generalizado. Se ha
llegado a tal punto de pérdida de lógica que no espero nada bueno. Pero
sinceramente no tengo ni idea, creo que es muy difícil adivinar qué va a
pasar cuando todo es una improvisación perpetua.
Un error que se comete
a menudo en análisis político es sobreestimar al político, pensar que
hay una estrategia y un plan. Y muchas veces, lamentablemente, el
político improvisa y le sale como le sale. Mira, cada vez que Mas
convoca unas elecciones se pega una castaña y cada vez pretende haber
triunfado. A este paso al final a Mas no le votara ni su madre, pero él
pretenderá que sí." (Entrevista a Anna Grau, Laura Fàbregas, Crónica Global, Martes, 19 de mayo de 2015)
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