"Comencemos por estas palabras. Este “acuerdo”, sobre la Ley de
Seguridad Privada, “es fruto del diálogo, fruto de las propias
negociaciones en las que han intervenido también desde el propio
Ministerio del Interior hasta la Consejería del Interior de la
Generalitat de Cataluña (…)”.
Son las palabras del diputado de CiU Jordi
Jané expresando su apoyo a una de las leyes más regresivas y represivas
de nuestra historia. Para CiU, el enemigo de aquí, el PP, es en el
Parlamento español el gran aliado. Dos días después, ICV se alinea con
CiU y demás acólitos para convocar, con más retórica que otra cosa, un
referéndum sobre las relaciones de Catalunya y España.
Mientras en Madrid CiU negocia y acuerda con el PP la aprobación de
una ley antidemocrática, aquí, en Catalunya, consigue el apoyo de ICV
que legitima la incorporación de la izquierda a sus planes soberanistas.
Naturalmente, ICV, en la medida en que apoya esa consulta, va perdiendo
posición como partido de la izquierda para la defensa de los intereses
populares y de clase. Pues resultará engullido por los intereses de los
partidos, como la coalición gobernante en Catalunya, claramente
derechistas y corruptos.
El primer ejemplo lo acabamos de describir. ICV
no presenta reparo alguno en pactar con una coalición que acaba de
aprobar la ley que privatiza la seguridad pública hasta límites muy
graves. Una ley que viola el artículo 17 de la Constitución sobre el
derecho a la libertad personal y suspende la vigencia del régimen
democrático de la detención de las personas contenido en la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. Un verdadero atropello a las garantías
democráticas de los ciudadanos. (...)
El problema es que hace tiempo que ICV sufre una grave desorientación.
Un día de estos, Joan Herrera se refería al derecho a decidir “como
elemento troncal del catalanismo”. ¿De qué catalanismo? O es que el
catalanismo de ICV es el mismo que el de ERC y CiU?
Con independencia
del escaso rigor con que hablan del derecho a decidir, es inadmisible
que un partido que se define de izquierda, ante la crisis colosal que
sufren las personas y familias de las clases medias y bajas, anteponga,
por razones tácticas, su alianza con los partidos responsables de esa
crisis a la creación de una nueva identidad catalana, que debe tener su
eje en las clases populares y que se fundamenta en la solidaridad con
los pueblos de España que padecen la misma crisis que los trabajadores
catalanes. (...)
Creo que es un buen momento para rememorar a quienes, dirigentes del
PSUC, formularon otro catalanismo que ICV ha olvidado. Nos referimos al
‘catalanismo popular’ tan bien definido por Antonio Gutiérrez Díaz en
1980, sí, hace mucho tiempo, pero mucho mas coherente con una política
de izquierdas.
Por otra parte, ¿no estamos releyendo a Marx? Decía así:
“La Catalunya de hoy es la Catalunya de todos y no dejaremos que nos la
arrebaten aquellos que con nacionalismos extremos y provocadores quieren
utilizar la bandera catalana para esconder sus intereses de clase. (…)
No debemos caer en la trampa de dejarla en manos de aquellos que la
quieren para disimular que las tienen sucias. (…) Y frente al
catalanismo instrumental de la derecha opondremos un catalanismo popular
de progreso. (…)
Frente a la retórica gesticulante y vacía de la
derecha catalana — una derecha estrechamente ligada con la derecha
española— haremos avanzar Catalunya por la vía de un catalanismo popular
que evite las divisiones de nuestra colectividad, que acabe con las
provocaciones interesadas del ultranacionalismo chauvinista”.
Esta es la senda que ICV debe recuperar urgentemente. Para dicho fin,
debe plantearse seriamente abandonar el pacto suscrito, mas que
discutible democráticamente y, en cualquier caso, claramente
independentista." (
Carlos Jiménez Villarejo
, El País, 19 DIC 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario