"El PSC fue durante más de 30 años el partido político que vertebró y
dio cohesión a la sociedad catalana, una sociedad mestiza, diversa y
plural. En ese contexto, los socialistas catalanes fueron capaces de
integrar en un solo proyecto dos sensibilidades diferentes.
Por un lado,
la de aquellos que entendían Cataluña como una nación y, por tanto, una
comunidad con personalidad histórica y cultura diferenciadas, con la
voluntad de proyectarse hacia el futuro a partir del autogobierno. Y por
otro, la de los llegados de otros puntos de España que entendiendo y
respetando los ejes básicos de los objetivos catalanistas añadían al
imaginario colectivo la necesidad de elaborar un proyecto en el que la
argamasa fuese la consecución de la libertades y todo lo que desde ahí
se deriva.
Esa simbiosis hizo posible que el PSC ocupara la centralidad
política, abandonando planteamientos radicales y optara por una
propuesta de desarrollo del Estado autonómico que desembocase en un
Estado federal. La centralidad, y el talante transversal de sus
planteamientos, dio como resultado que durante mucho tiempo se viera a
los socialistas catalanes como el dique de contención de las
aspiraciones soberanistas de CiU y ERC y, también, en última instancia,
el banderín de enganche con el resto de España.
Pero en esta vida todo tiene un principio y un fin y el PSC, sin
saberlo, empezó a entonar el canto del cisne el día que decidió redactar
un nuevo Estatuto.(...)
Ciertamente, el PSC está viviendo sus días más aciagos desde que se
fundara allá en 1978. A la crisis general que sufre la socialdemocracia,
en Cataluña, hay que añadir las cuestiones identitarias.
El debate
político se ha dejado de articular en el eje social y económico, para
plantearse en el escenario del soberanismo, y ahí los socialistas
siempre tendrán las de perder, pues es obvio que el cuerpo electoral
prefiere el original a la copia. (...)
De hecho, tanto da. Dentro de la organización no son pocos los
dirigentes y cuadros que auguran más pronto que tarde una ruptura. Otra
cosa es lo que se dice a los medios y de cara a la galería. Da la
sensación que se está en uno de los últimos capítulos de una historia
que llevara por título: Crónica de una ruptura anunciada, parafraseando el título de la famosa novela de García Márquez.
En estos momentos el PSC está viviendo su enésima crisis y muchos
pronostican que los socialistas catalanes van camino de convertirse en
fuerza testimonial. Quizás. Ahora bien, no hay que olvidar que la
socialdemocracia tiene un largo recorrido en las sociedades actuales y
la catalana no es una excepción. Y, a día de hoy, en Cataluña, esa
opción o la encarna el PSC o no la encarna nadie." ( Bernardo Fernández, Crónica Global, Martes, 26 de noviembre de 2013)
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