" (...) Los marxistas adoptamos una posición diferente, de clase. La
perspectiva de una ruptura del Reino Unido y la división de la clase
obrera británica en líneas nacionalistas sería altamente
contraproducente en la lucha por el socialismo. Nosotros defendemos la
unidad de la clase obrera en Gran Bretaña e internacionalmente, en la
lucha por la transformación socialista de la sociedad.
Sobre esta base, abogamos por un voto " No" en el referéndum sobre la
independencia, al tiempo que rechazamos claramente la campaña "Better Together" y el apoyo al status quo. Socialist Appeal
respalda la idea de una campaña alternativa por el “No” por parte del
movimiento laborista. Tal campaña defendería el “No” desde el
mantenimiento de la unidad de la clase trabajadora y la lucha por una
política socialista como única alternativa a la crisis capitalista.
Hemos apoyado la descentralización y la creación del Parlamento
escocés como un medio de proporcionar beneficios reales para el pueblo
escocés. También reconocimos los poderes económicos restringidos del
Parlamento, que depende de la subvención de Westminster [sede del
Parlamento británico – NdT], y por lo tanto apoyamos la obtención de
poderes mucho mayores para el Parlamento escocés, para recaudar sus
propios impuestos y tener capacidad para nacionalizar la industria en
Escocia.
La independencia no ofrecería ninguna salida bajo el capitalismo y
sólo serviría para fomentar la división de la clase obrera. Con la
dominación del capital en Escocia y en toda Gran Bretaña, tal solución
no ofrecería una verdadera autonomía. La independencia defendida por el
Partido Nacionalista Escocés (SNP por sus siglas en inglés) es del tipo
que incluye a la reina como jefa del Estado, el mantenimiento de la
libra esterlina, de las bases militares británicas así como la
permanencia en la OTAN. (...)
Sin embargo, hay que reconocer que no todos los que votan al SNP
apoyan la independencia y que los buenos resultados del SNP en el
Parlamento escocés no se repitieron en las elecciones para Westminster o
incluso en las elecciones municipales del año pasado.
No obstante, un Partido Laborista derechoso tiene poco atractivo
frente al SNP, que ofrece un futuro mucho más igualitario basado en la
independencia. Sin embargo, la independencia debe ser vista como un paso
atrás en lugar de hacia adelante. Sería un desastre para los
trabajadores mientras la crisis del capitalismo se profundiza.
Estamos en contra del Estado capitalista británico tanto como en
contra del capitalismo en general. Estamos a favor del derrocamiento del
capitalismo en el conjunto de estas islas. Una condición previa para
ello es la unidad de la clase obrera británica en esta lucha común por
el socialismo. Esto no surge de ningún tipo de consideraciones
sentimentales, sino de la necesidad.
El capitalismo es ahora un sistema totalmente globalizado, lo cual ha
quedado demostrado por el carácter mundial de la crisis capitalista. (...)
Las clases obreras escocesa, galesa e
inglesa no se han desarrollado por separado, sino que, a causa del
capitalismo, se han desarrollado como partes de una clase obrera unida.
La misma experiencia compartida, que en el pasado unían a los
estibadores de Glasgow y Liverpool, ahora se manifiesta en la
precariedad del empleo en el sector servicios, que se ha vuelto más
dominante desde el advenimiento de la desindustrialización.
Por
supuesto, sería absurdo decir que Escocia no tiene su propia cultura e
identidad nacional, pero sería igualmente absurdo decir que los
intereses de clase se han ido distanciando. Las grandes huelgas a menudo
han provocado huelgas de solidaridad en otros lugares (y a través de la
frontera), y es particularmente cierto en los períodos de lucha de
clases, como en los años 1920, 1970 y 1980 , donde vimos a la clase
obrera cada vez más militante y por lo tanto más unificada. (...)
¿Qué significaría una Escocia independiente? Sobre la base del
mantenimiento del capitalismo en Escocia y el resto de Gran Bretaña, los
trabajadores escoceses e ingleses se verían puestos en competencia
directa. Esto es particularmente cierto si tenemos en cuenta los planes
del SNP para crear un ambiente más atractivo para los negocios, con un
menor impuesto de sociedades y otros incentivos, en un intento de animar
a las empresas a trasladarse de Inglaterra a Escocia.
Todo el enfoque
consistiría en reducir los costes, es decir los salarios, para ser más
competitivos. Se alentaría a librar una carrera hacia abajo, enfrentando
a los trabajadores entre sí. Esta competencia entre empresas escocesas y
del Reino Unido se traduciría en una baja de los salarios a ambos lados
de la frontera.(...)
En tanto que Estado-nación pequeño, sobre todo uno que es
tradicionalmente un componente de otro mucho más grande, lo más probable
es que Escocia seguiría estando dominada no sólo en lo económico sino
también en lo político.
Esto ha sido confirmado por la experiencia de
los países que han roto con la antigua Unión Soviética o por los países
ex-coloniales. Estos países han seguido estando dominados tanto por los
viejos poderes como por los nuevos. De forma más cercana, Irlanda es un
claro ejemplo de tal dominación. (...)
Incluso ahora podemos ver como el SNP sucumbe a las presiones de
Londres en el tema militar. Existe una genuina creencia de que la
independencia libraría a Gran Bretaña de las armas nucleares, ya que
Escocia es uno de los únicos lugares viables para las bases de
submarinos. ¿La clase dominante británica realmente renunciaría a las
armas nucleares y a su puesto permanente en el Consejo de Seguridad de
la ONU con tanta facilidad?
Lo más probable es que Gran Bretaña aún
conservaría sus armas, si no en otra parte de Gran Bretaña, presionando
al gobierno escocés para mantener bases de submarinos nucleares en
Escocia. Pese a la apariencia de Salmond como un oponente de
Westminster, en última instancia, en un escenario de independencia, él
seguiría mostrando deferencia hacia el poder político del vecino del
sur, como lo demuestra su apoyo a una independencia que se mantenga
alineada con Gran Bretaña y los intereses británicos.
Incluso podría
existir otro medio por el cual Gran Bretaña conservara su influencia
sobre los yacimientos petrolíferos. Por ejemplo, en el referéndum
escocés de 1979, hubiese este tenido éxito en todo el país salvo en las
islas Orkney y Shetland, había planes para que estas islas obtuvieran el
mismo estatus que la Isla de Man y Ias Islas del Canal, lo que hubiese
permitido un acceso sin restricciones a los yacimientos petrolíferos.
Aunque que estos planes hayan sido abandonados en la actualidad,
demostraron la determinación del Estado británico para retener su poder
sobre el petróleo del Mar del Norte. Por lo tanto, a menos de desafiar
realmente el poder del Estado británico, es decir la clase dominante
británica y el capitalismo, la ruptura de Gran Bretaña no rompería
realmente el poder británico. (...)
La pretensión
de presentar a Escocia como algo diferente es completamente falsa. Es
dolorosamente obvio que no es sólo el Estado británico el que está
llevando a cabo medidas draconianas, sino el capitalismo internacional
en su conjunto.
Uno sólo tiene que pensar en los disturbios ocasionados
por jóvenes desempleados descontentos en Suecia, supuestamente el hogar
de un capitalismo distinto, de carácter socialdemócrata, para comprender
que la desigualdad social es probable que se mantenga .
Las cifras que muestran que Escocia contribuye más al estado
británico de lo que recibe en gastos han sido citadas de manera habitual
como motivo para la independencia. Es cierto que una Escocia
independiente podría sobrevivir, pero abocada a la crisis en el contexto
actual de recesión económica global. Las tormentas económicas que
envuelven el mundo consumirían por completo la incipiente economía de un
país pequeño cuyo comercio dependería en gran medida de sus vecinos
económicamente estancados.
Si Escocia hubiera sido independiente en el momento de la crisis
financiera de 2007-8, cuando el Banco Real de Escocia quebró, los
recursos del Estado escocés habrían sido insuficientes para el rescate
tal y como se llevó a cabo. El banco se habría derrumbado, y Escocia se
habría declarado en quiebra de manera similar a lo ocurrido con Islandia
o Irlanda. (...)
Las condiciones
de bajos impuestos y la dominación de las multinacionales han surgido
dentro de la industria del petróleo del Mar del Norte. Es cierto que el
petróleo ha proporcionado un impulso económico al nordeste de Escocia,
pero está lejos de haber alcanzado su otrora soñado potencial.
El
gobierno de un pequeño país capitalista ni tiene la voluntad ni el poder
económico suficiente para hacer frente a las corporaciones
multinacionales.
El único verdadero futuro para el pueblo de Escocia está directamente
ligado al de Inglaterra, Gales y el resto del mundo.
Su suerte está
vinculada al derrocamiento del capitalismo y la transición al
socialismo. Estamos luchando por una Gran Bretaña socialista como parte
de unos Estados Unidos Socialistas de Europa, como un paso hacia una
federación mundial de estados socialistas. Algunos plantearon la idea de
una Escocia independiente, socialista, como si de alguna manera esto se
vinculara con el apoyo a la independencia.
Sin embargo, el “Sí” en el
referéndum no debe confundirse en modo alguno con el socialismo o con la
creación de una Escocia independiente y socialista. Para empezar, es
utópico pensar que pueda haber una Escocia socialista aislada del resto
de la Gran Bretaña capitalista (y del resto del mundo). Si era imposible
crear el socialismo en un solo país en la Unión Soviética (que cubría
una sexta parte de la superficie del globo), ¡entonces es claramente
imposible en Escocia! (...)
En realidad, la transformación socialista de
Escocia sólo podría tener lugar en un contexto británico (y europeo).
Los movimientos de masas se producirían también en Newcastle, Liverpool,
Sheffield, etc, así como en Glasgow. Una transformación socialista se
daría a escala de toda Gran Bretaña, tal y como ocurrió con la lucha
contra la Poll Tax. Sobre la base de una Gran Bretaña socialista,
como parte de una Europa socialista (y más allá), una Escocia
socialista sería posible.
Hemos visto aquí los argumentos en contra de la independencia en base
a principios socialistas. Es por ello que animamos a votar " NO", no
por entusiasmo hacia el Reino Unido, sino con el deseo de ver el
socialismo. Por supuesto el voto "NO" es insuficiente para ello.
Necesitamos la unidad de la clase obrera británica armada con un
programa socialista y un movimiento obrero de lucha. Por eso Socialist Appeal defiende una campaña socialista por el "NO ", así como la lucha por políticas socialistas en el movimiento obrero." (Rachel Gibbs y Michael Allan, In Defense of Marxism, Rebelión, 12/10/2013)
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