13/6/13

El que no sea independentista será considerado un traidor. Eso es el nacionalismo

"Alfonso Guerra, congresista, ex vicepresidente del Gobierno (1982-1991) y ex vicesecretario general del PSOE (1979-1997), en una entrevista publicada este domingo en El Periódico:

[...] ¿Por qué no comprende el anhelo soberanista de Cataluña?

De Cataluña, no. De los políticos catalanes.

El millón y medio que salió a la calle el 11S no eran políticos catalanes.

Ese millón y medio estaba organizado, ¿no?

Respondió y responde, en gran medida, a aspiraciones de base.

¡Eso es radicalmente falso! Los movimientos de base son para que les escuche un poder que no les escucha. Y aquí el que ha montado el chiringuito se llama Artur Mas, que reivindica ser el máximo representante del Estado para decir “pero me voy”, lo cual es una incongruencia de Woody Allen.

 En Cataluña hay un nacionalismo orgánico al que se han sumado partidos, algunas instituciones y el nacionalismo mediático. ¡Pero si Mas se presentó con ese programa y perdió 12 diputados!

Aumentaron los de ERC y la CUP. Hasta el jefe de su franquicia, el PSC, dice que su postura fabrica soberanistas.

Me da la impresión de que Pere Navarro tiene que arreglar la lente de su cámara. Contra el que debe ir es contra Mas, que es el que habla de separarse.

Quizá subestime la capacidad crítica de los ciudadanos, maltratados por una fiscalidad injusta.

El maltrato es el que reciben del nacionalismo orgánico.

Si se celebra una consulta podría cerciorarse de las voluntades.

Es fácil producir la confusión de la gente diciéndole “esto es lo democrático”. Nosotros no vivimos en la etapa de Robespierre, ¿verdad? Donde uno dice lo que hay que hacer y ya está. La convivencia pacífica, no salvaje, se hace a través de normas. 

Y las normas, aprobadas por Cataluña con más votos que en Madrid, dicen que la Constitución establece que esta es la estructura del Estado. 

Un representante político que estuvo en la negociación del Estatuto dijo que fue un intento de cambiar la Constitución por la puerta de atrás. ¡Por la puerta de atrás no se cambian las constituciones! Se cambian presentando un texto para ver si tiene o no apoyos. Todo lo demás no es democrático.

El derecho de los pueblos a decidir sí lo es, ¿no?

El derecho a decidir -que no existe en ningún manual- es el derecho a que los demás no decidan, a que fuera de Cataluña no se pueda decidir sobre la estructura del Estado. Si cambia la Constitución y se acuerda que la legitimidad y la soberanía es solo de una parte y no del todo, será así; pero se debe hacer siguiendo las reglas.

 Lo demás es engañar a la gente. A ver si tiene la deferencia de contestarme a esta pregunta, ¿cree que Cataluña ha tenido alguna vez un poder autónomo superior al que tiene en la actualidad?  (...)

¿Y? A mí no me gusta el nacionalismo porque es excluyente. Yo puedo conocer la realidad de Cataluña sin vivir aquí. ¿Hay un fuego de la verdad y los demás somos todos extranjeros que no podemos opinar? ¡No, hombre, no! Un intelectual del nacionalismo orgánico ha dicho que ha llegado el momento de que el que no sea independentista será considerado un traidor. Eso es el nacionalismo.

El que lo dijo fue un actor: Joel Joan.
Pues lo habrá repetido de un ideólogo. ¿Y ha habido alguna crítica del nacionalismo a esa frase? No.(...)

 Aunque le diré una cosa: yo doy la mitad de mi vida para que un nacionalista defienda el nacionalismo, y la otra mitad la doy para que no lo consiga nunca. El nacionalismo es una restricción de la libertad de los ciudadanos. Y yo lucho por la libertad de los catalanes, que tienen derecho a que nadie les intimide. Dejen que la gente opine.

Se trata exactamente de eso.

¡Es que no se quieren leer la Constitución! Del artículo 166 al 169, les dice cómo hay que proponer un cambio. Que lo hagan."           (lavozdebarcelona, 03/06/2013)

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