6/11/12

Si Catalunya se independizara, tendría una deuda pública de 159.470 millones de euros, un 79,8% de su PIB

"Una Catalunya independiente es evidentemente viable, como hoy lo es la Catalunya que forma parte del Estado español. La cuestión es si vale la pena incurrir en los costes de transición asociados a la consecución del nuevo estado. El coste de transición que más me preocupa es el endeudamiento público con que nacería la nueva Catalunya. 

La deuda actual de la comunidad (segundo trimestre del 2012) asciende a 43.954 millones de euros, a los que habría que añadir el 18,7% (la participación del PIB catalán en el PIB español) de la deuda de la Administración Central, que previsiblemente le sería traspasada.

 Si Catalunya se independizara hoy, tendría una deuda pública de 159.470 millones de euros, un 79,8% de su PIB. Para un nuevo país, sin reputación financiera consolidada, y en un clima financiero como el actual, este sería un impedimento enorme, por no decir definitivo.
Y ésta es la interpretación optimista del futuro, porque desgraciadamente Catalunya tiene ya una reputación: Ba3 según Moody’s y BB según Standard&Poors. Es decir, la deuda catalana es considerada equivalente a títulos que no gozan de la confianza del inversor (non investment grade).
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El problema es grave y, dada la terrible dinámica de una deuda que alcanza estos niveles en un país que no crece, lo será todavía más en los próximos años. Por otra parte, como ya ocurre ahora, una calificación mala para la deuda pública lleva por lo general a una calificación mala para la deuda privada. El sector financiero catalán se resentiría y las empresas catalanas tendrían que pagar más por su deuda durante un periodo de tiempo considerable.
Los costes de transición son enormes. ¿Pueden los beneficios de la independencia quizá compensarlos, o incluso superarlos? Jordi Galí ha esbozado en estas páginas un programa económico para la nueva Catalunya. Un programa fundacional orientado al logro de un crecimiento sostenible máximo, con el que es difícil estar en desacuerdo.

Pero quién asegura que un futuro gobierno catalán independiente pudiera llevar a cabo este programa con mayor decisión, capacidad y celeridad que la que están empleando el gobierno central y los gobiernos autonómicos.

 La independencia, por sí misma, no nos dará nuevos políticos, ni nuevos sindicatos, ni nuevas patronales, ni alterará los intereses corporativos hoy existentes. No eliminará el fraude fiscal ni la corrupción de un día para otro. No nos dotará de un capital humano mejor que el que tenemos."                   (ANTONI ZABALZA, Caricatunya, 25/10/2012)

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