"... es arduo leer, por ejemplo, cómo Artur Mas, presidente de la Generalitat, sostiene que Catalunya no “sobrevivirá sin Estado propio”
y escuchar que hará “lo que haga falta” para la consulta, por las
buenas o por las bravas.
Son actitudes propias del regreso al
mesianismo, suponen una identificación abusiva del personaje con
Cataluña, porque esa supervivencia para nada está en liza si mantuviera
sus lazos con el resto de España.
Poner a Cataluña como parapeto de
defensa personal es una pretensión fraudulenta. Aquí la única
trayectoria futura que ha quedado vinculada al llamado Estado propio es
la de Artur Mas, a tenor de sus palabras cuando el debate en el
Parlament que terminó con la convocatoria a las urnas el 25 de
noviembre.
Dice Más que aquí no explicamos la España “una, grande y
libre” y hay que añadir que, al otro lado del Ebro, tampoco. Pero
cuidado con acuñar otro lema paralelo, del tenor de la Cataluña una,
grande y libre para volver al “todo por la patria” siempre que sea
catalana." (El País, 16/10/2012)
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