‘De joven yo también era sensible al argumento de los pobres niños castellanos que iban a ser separados por la lengua, y que verían paralizado su ascenso social. ¡Así iban a a quedarse siempre: pobres y castellanos!
Era el argumento principal de los nacionalistas de izquierda y el más eficaz: enseguida los pobres castellanos pedían el catalán, a fin de hacerse ricos.
La verdad es que el argumento tenía base empírica: durante el franquismo todos los ricos interesantes hablaban en catalán. Los nacionalistas, ahora también los de derechas, siguen con el argumento.
Cada vez que ven la inmersión amenazada lanzan unos gritos desgarradores: “Pobres hijitos míos, quieren separarlos por la lengua… ¡No lo permitiremos!”. [...]
La principal actividad del nacionalismo catalán ha consistido, precisamente, en separar a los niños y a los adultos de su lengua; siempre y cuando, demás está decirlo, esa lengua sea el castellano.
La expresión escolar de tal actividad principal ha sido la inmersión lingüística, cuya legalidad impugnan ahora las últimas resoluciones judiciales.
El catalán se ha hecho fuerte en la escuela, en la televisión y en la sociedad institucional: rige un monolingüismo práctico. Desde esos tres ámbitos cardinales de la nación (en realidad la nación misma) el mensaje que se lanza es nítido: “Si hay castellano en Cataluña, no será por nosotros”.
Basta sustituir la palabra castellano por la palabra España para tener una idea ampliada y precisa del conjunto de la situación. Es lógico que los partidos contrarios a esta independencia fáctica reaccionen y hayan obligado al sistema constitucional a pronunciarse.
La cuestión nada tiene que ver con problemas técnicos. Acabar con la inmersión no supone separar a los escolares por las lenguas, entre otras muchas razones, porque lo que debe separarse son las materias: tantas en castellano y tantas en catalán.
Y también la Generalitat tiene razón cuando afirma que, con el sistema actual, los escolares acaban su formación con un conocimiento similar de las dos lenguas. No. La cuestión es simbólica. [...]
La cuestión es si puede separarse a alguien de su lengua cuando la lengua es la oficial del Estado donde el alguien nace, muere y paga’." (lavozdebarcelona.com, 06/09/2011, Arcadi Espada)
............................... las cosas de la clase media ..........................
6/9/11
La principal actividad del nacionalismo catalán ha consistido, precisamente, en separar a los niños y a los adultos de su lengua... el castellano
"Arcadi Espada, periodista y profesor universitario, este martes en un artículo en El Mundo:
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