16/9/11

“Fue tremendo. A un lado de la mesa, el médico; al otro yo. En medio un teléfono móvil...Yo hablaba y alguien traducía al castellano; hablaba el médico y traducía al euskera, pero lo hacía fatal... Continuamente yo le tenía que corregir”

“Fue tremendo. A un lado de la mesa, el médico; al otro yo. En medio un teléfono móvil y un cable con dos auriculares, uno para cada uno. Yo hablaba y alguien traducía al castellano; hablaba el médico y traducía al euskera, pero el traductor lo hacía fatal, con continuos errores en los dos idiomas. Continuamente yo le tenía que corregir”, narra el paciente.

Un vecino de Oñate (Guipúzcoa) ha tenido que esperar diez meses hasta que el servicio público autonómico de salud del País Vasco le haga una colonoscopia urgente debido a que este no era capaz de proporcionarle un especialista que hablara en vasco en el hospital más cercano a su domicilio, tal y como reclamaba el paciente.

Según ha publicado este jueves El Correo, en junio de 2010 el médico de familia de Kepa Elortza Odriozola le dio un volante para acudir lo antes posible a un especialista en el aparato digestivo, tras haberle detectado sangre en las heces.

En noviembre, le ofrecieron dos opciones de consulta para ese mismo mes: una, en su centro de referencia, el hospital de Mondragón (a 11 kilómetros de su casa), con un medico castellanohablante; otra, en Vitoria (a 43 kilómetros), con un vascoparlante.

Sin embargo, el paciente exigió que se le atendiera en vasco en Mondragón, al considerar “un chantaje” tener que desplazarse hasta Vitoria para ser atendido en esa lengua cooficial, y denunció que los escritos del departamento autonómico de Salud le fueran remitidos únicamente en español.

Finalmente, y tras varios intentos fallidos, en abril de este año acudió al especialista en Mondragón con la garantía de que habría un servicio de traducción, eso sí, por vía telefónica. “Fue tremendo. A un lado de la mesa, el médico; al otro yo. En medio un teléfono móvil y un cable con dos auriculares, uno para cada uno.

Yo hablaba y alguien traducía al castellano; hablaba el médico y traducía al euskera, pero el traductor lo hacía fatal, con continuos errores en los dos idiomas. Continuamente yo le tenía que corregir”, ha relatado el propio paciente. Días después, se realizó la colonoscopia.

Elortza ha continuado reclamando al Gobierno autonómico que, en adelante, se respete su derecho a ser atendido por médicos y enfermeras vascoparlantes o, si es imprescindible un sistema de traducción, “que el traductor o traductora se encuentre física y personalmente en la consulta”.

En declaraciones al diario del grupo Vocento, el paciente ha asegurado estar dispuesto a llegar a la huelga de hambre para conseguir ser atendido en vasco y en Mondragón, comarca donde la mayoría de la población en vascoparlante.

“Soy euskaldún. Nada más. Hasta los cinco años, cuando fui a la escuela, no sabía ni una palabra en castellano“, ha señalado Elortza. Su caso ha sido trasladado al Parlamento autonómico por Juanjo Agirrezabala (EA)."               (lavozdebarcelona.com, 15/09/2011)

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