Pero el líder político e historiador de formación no contribuye a aplacar los ánimos. Herido por un reciente reportaje en una televisión francófona en el que se evocaba el colaboracionismo con el ocupante nazi del partido en que militó su abuelo, De Wever arremete contra el "mito valón de que la colaboración fue esencialmente una cosa de los flamencos mientras la Bélgica francófona resistía con valor".
El jefe de la N-VA expone que "las investigaciones históricas sobre el colaboracionismo francófono han sido someras" en contraste con lo ocurrido en Flandes.
Los nacionalistas flamencos se alinearon en las dos guerras mundiales con Alemania por estimar que con el apoyo del Reich les sería más fácil desprenderse del yugo belga.
Un historiador, Francis Balace, recuerda en las páginas del diario Le Soir que mientras el partido del abuelo de De Wever contaba con unos 100.000 afiliados, los rexistas de Leon Degrelle, protegido luego por Franco y muerto en España, apenas llegaban a los 10.000." (El País, 23/09/2010, p. 8)
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