3/3/22

El procés como tal, el intento urgente de construir el nuevo Estado .Cat ha fracasado. Pero no cabe afirmar lo mismo si nos referimos al procesismo, a la cosmovisión que alimentó el intento y que sigue viva y coleando, y con la misma fuerza de siempre

"(...) procés y procesismos se dicen también de muchas maneras. Podemos intentar acordar un sentido que podamos compartir. Este por ejemplo: el procés fue el intento, real, nada ficcional por errónea e “ingenuamente” que estuviera pensado, planificado y ejecutado, de construir un Estado propio, de levantar un muro de separación con el resto de España, amparándose, calculando, creyendo a un tiempo, en la debilidad del Estado y en la propia fortaleza.

El procesismo sería, en cambio, la ideología, el marco conceptual (que venía de muy de atrás), la organización, la movilización, que ha alimentando (y que ha sido alimentada a su vez) todo el proceso y que ha penetrado profundamente (con éxito) entre amplios sectores de las clases medias catalanas (y en sectores minoritarios de las clases trabajadores, especialmente en las catalanohablantes), muy tendentes desde hace décadas (el papel transmisor de la familia ha sido y es esencial) al nacionalismo, al catalanismo excluyente (que no es todo el catalanismo) y a una destacada hispanofobia.

A estas alturas de la jugada, puede afirmarse que el procés como tal, el intento urgente -tenim pressa, tenim pressa!- de construir el nuevo Estado .Cat ha fracasado. Pero no cabe afirmar lo mismo si nos referimos al procesismo, a la cosmovisión que alimentó el intento y que sigue viva y coleando, y con la misma fuerza de siempre.

Poco o nada ha cambiado. Recordemos su reacción ante la sentencia del 25% de las clases en castellano, por ejemplo, o declaraciones como las del portavoz de Junts en el Parlamento de Cataluña: diga lo que diga, rechazarán, así lo han afirmado, cualquier propuesta parlamentaria redactada en castellano.

Mil ejemplos más son posibles.

En síntesis, como ha comentado recientemente el médico de familia Antonio Navas de Espai Marx: “OC es solo una más, grande, pero una más, de esas cosas que ellos tienen y nosotros no: un tremendo y apabullante entramado organizativo socio-cultural trabajado con paciencia y esmero durante décadas. Por eso nos han dado, dan y darán sopas con honda. Nosotros dejamos todo eso para tener concejales y algunos diputados.”

¿Qué hacer entonces? Entre muchas otras tareas, no abandonar la lucha cultural, la deconstrucción de falsas conjeturas e hipótesis que siguen pasando aquí como “verdades incuestionables, de toda la vida”.

Tal vez aquí resida un cambio en la situación de estos últimos años: que colectivos que estaban enmudecidos, casi sin existencia social, han decidido no callar más. ¡Basta ya! ¡Somos! ¡Tenemos voz, hablamos, existimos!"                (Salvador López Arnal, blog, 25/02/22)

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