23/3/22

Albert Soler: Ya se asoman los engañados... Me parece perfecto que vayan saliendo ilustres lacistas reconociendo que todo fue una estafa, ya era hora. Pero recomendaría un poco de vergüenza torera y que no lo pregonen a los cuatro vientos, que quedar como bobos ante el mundo -aunque lo sean, como es el caso- no es agradable ver por quienes tenemos un corazón sensible... Reconocer errores es de muy buen cristiano, pero para eso están los confesionarios y no los platós televisivos. Si un tipo tan crédulo e inocente como Espot, debe salir por TV cada vez que alguien le engaña, necesitará programa propio: "Soy Santiago Espot. Esta semana me han vendido la torre Eiffel por 15.000 euros y ha resultado mentira. Es indignante lo que hacen los estafadores con los soñadores. La próxima semana, más"

 "(...) El último (hasta el momento, ya que es probable que cuando lean este artículo, hayan salido más) es Santiago Espot, alguien que nunca he sabido a qué se dedica, lo más heroico que ha hecho en la vida fue organizar una silbada en un campo de fútbol, ​​lo que es mérito de sobra para formar parte de la aristocracia lacista. Cierto que llamándose Espot (¡se puede!) está obligado a creer que todo es posible y a tragarse cualquier cuento sobre republiquetas.

 No le recrimino que se dejara engañar, el hombre estaba predestinado, sino que, en lugar de callar y guardarse para sí el ridículo, salga por televisión a proclamar que el proceso ha sido «la mayor estafa de las últimas décadas en cualquier democracia europea». Es como si el paleto al que acaban de engañar con la estampita nada más bajar del tren, saliera por televisión a declarar que es tan tonto que cualquiera le quita dinero. Lo que debería hacer Espot en lugar de reconocer que ha sido un paleto de visita a la gran ciudad, es encerrarse en un convento y dejar de dar la tabarra, que somos muchos los que vimos desde el inicio que todo era un engaño. Esto, por no mencionar que calificar de «democracia» a la Cataluña lacista, es mucho calificar.

 Reconocer errores es de muy buen cristiano, pero para eso están los confesionarios y no los platós televisivos. Si un tipo tan crédulo e inocente como Espot, debe salir por TV cada vez que alguien le engaña, necesitará programa propio. 

 -Soy Santiago Espot. Esta semana me han vendido la torre Eiffel por 15.000 euros y ha resultado mentira. Es indignante lo que hacen los estafadores con los soñadores. La próxima semana, más. 

 Creo que Espot no ha aprendido nada. Al igual que hay bobos a los que tras el de la estampita les colocan la estafa del tocomocho, si mañana le volvieran a prometer la republiqueta en dieciocho meses, caería a cuatro patas. No hay nada que hacer. Hay gente que ha venido al mundo a ser engañada para que otros vivan a su costa."                 (Albert Soler, Diari de Girona, 22/03/22)

No hay comentarios: