30/12/21

Xavier Rius: “El proceso independentista ha sido jaleado y fomentado por las clases acomodadas”

 "Xavier Rius (Barcelona, 1963) es el director del diario digital E-NOTÍCIES. A lo largo de su amplia trayectoria profesional, ha sido redactor de La Vanguardia en Barcelona y Madrid, jefe de sección del diario El Mundo. Ha colaborado en medios de comunicación como Catalunya Ràdio, RAC1, COM Ràdio, Ràdio 4, Canal Català, Barcelona TV y Badalona TV. 

El espacio particular de E-NOTÍCIES en YouTube es un CANAL DE REFERENCIA, y se ha convertido, por derecho propio, en un foro de encuentro de todas aquellas personas residentes en Cataluña que no están dispuestas a claudicar frente a la fractura social y el manto de posverdad e intereses espurios que el “Procés” independentista catalán desea imponer a divinis. 

Mencionar las palabras “Xavier Rius” es aludir al ejercicio excelente de la profesión periodística, la honradez intelectual y el coraje cívico. Hablando con él uno llega rápidamente a la conclusión de que el ciudadano Rius – que en su primera juventud fue “pujolista”- ha evolucionado mejor que bien hasta ser un elocuente y prestigioso y disidente de ese marco mental plagado de falsedades históricas, supremacismo y corrupción que comenzó en 1980 y eclosionó en 2012.

 El Sr. Rius un conversador inteligente, divertido y sutil que es tan capaz de escuchar atentamente a su interlocutor como de introducir acotaciones, sumamente oportunas que añaden valor a la charla. Hace unos días, este corresponsal tuvo el privilegio de conversar y cambiar impresiones con nuestro protagonista. He aquí un resumen de nuestra conversación centrado en el proceso independentista catalán.

¿Cuándo empezó el Procés? ¿En 2012 o en 1980, y de forma encubierta, con la llegada de Jordi Pujol al poder?

La versión oficial es que el Procés empieza en 2010 con la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Se trata una de las múltiples posverdades del proceso independentista. Es evidente que el texto del Estatuto autonómico tal y como lo plantearon no cabía en la Constitución. De hecho, quisieron hacer cosas, como blindar la inmersión lingüística, con resultados nefastos como se puede ver ahora a cuenta de la reciente sentencia del Tribunal Supremo.

Yo recuerdo que antes de la Primera Diada tras la citada sentencia del Estatut hubo una manifestación y el entonces Presidente de la Generaliat, el socialista José Montilla, tuvo que salir corriendo porque casi le agreden. En términos históricos, podríamos retroceder al plan 2000 de Pujol. Ahí y en la carta de Tarradellas al diario La Vanguardia (16/04/1981) encontramos los antecedentes y las pistas que anticipaban buena parte de las cosas que iban a suceder.

En rigor, El ex President Pujol crea el marco mental del proceso. Se inventa la Catalunya moderna (lo cuenta en sus memorias). Cuando llega al Gobierno de la Generalitat le espeta a su estrecho colaborador Lluís Prenafeta, “¿Tú sabes lo es la Generalitat? Somos tú y yo.”

La negativa del PSC (Partir dels Socialistes de Catalunya) a participar en el primer Gobierno de Pujol se traduce en lo que son y representan TV3, la función pública, la inmersión lingüística y demás obras de la arquitectura nacionalista catalana. El PSC asumió desde el principio el marco mental” pujolista: “Nosotros (catalanistas y nacionalistas) somos los buenos y los demás, los malos.” Por eso creo que, a pesar de los virajes y alejamientos recientes, nunca llegarán a Gobernar en solitario.

El Procés no es un problema exclusivamente catalán sino español. En su opinión, ¿cómo se ha llegado hasta aquí?

Yo creo que también es un problema europeo. Uno de los errores que cometió el independentismo es no entender que la Unión Europea la forman estados y que lo último que quieren es la secesión de un estado miembro. Es más, la famosa operación Volhov con los rusos por medio es fruto de la imaginación de gente vinculada al Procés. ¿Qué deben prensar en Bruselas cuando un hombre de confianza de Puigdemont se desplaza viaja de la península ibérica hasta el otro lado de Europa con el objetivo de contactar con los rusos a ver si, por favor, les pueden echar una mano. ¡Como si la Unión Europea no tuviera ya suficientes problemas!

El “procesismo” es, de facto, un modus vivendi (Alfons López Tena dixit). Mucha gente se gana la vida con ello. Muchos nos preguntamos, ¿Es la constatación de que el procés es un punto de partida en el mapa de ruta del independentismo?

Es una cerilla que prende. Aunque aparentemente continúe, a la vista está que el independentismo no ha conseguido lo que se proponía. En general, los catalanes tendemos a la “flamarada” (llamarada). ¿Cuándo hay muchas llamas qué queda después? Cenizas y humo. Material servible, queda bien poco. El proceso catalán se ha basado en crear muchas expectativas y, al final, no hay ningún resultado positivo tangible. Es como la energía. No desaparece, se transforma. Pero ahí sigue. 

No cabe duda de que ha funcionado como una agencia de recolocación importante y, en la práctica, es un modus vivendi para mucha gente. En Cataluña (y también en otras comunidades autónomas) se han generado élites extractivas. Le pongo un ejemplo: un hombre que lleva en la Generalitat 20 años, que entró con veintipocos, ahora tiene cuarenta y pico y cobra un sueldo de 80.000 / 90.000 euros ¿qué pretende? Sin duda, seguir en la Generalitat.

En clave española, me llama la atención cómo las dos derechas (catalana y española), teniendo un acervo ideológico común y un nexo cultural católico no se avienen y combaten. ¿A qué se debe?

PP y CiU firmaron juntos el pacto del Majestic, aprobaron leyes como la Reforma Laboral. Eran los socios naturales desde un punto de vista socioeconómico. Estando Rajoy en el Gobierno de España, cuando los de CiU empezaron a embalarse, en el PP se preguntaron “¿A estos qué les pasa?” Al ver cómo iban empeorando las cosas, se sorprenden porque los consideraban “de los suyos”. Se fiaron de ellos pensando que el final del camino era la negociación y la cosa se desmadró.

Una pregunta en clave personal. Caídas las caretas, desmontada la mentira independentista de la revolución de las sonrisas, demostradas las presiones constantes y constatadas las ocasionales amenazas a personas contrarias al procés, ¿Se ha sentido usted amenazado o en peligro de muerte civil en algún momento?

El independentismo ha transmitido una de idea Cataluña (“som un sol poble”) que da a entender todos los catalanes formamos un bloque homogéneo. Esto no se corresponde con la realidad. Han omitido, deliberadamente, la riqueza de matices, las distintas tendencias que conviven en el seno de la sociedad catalana y la inherente pluralidad de puntos vista de cada cual. Personalmente, no me he sentido en peligro de muerte civil. En todo caso, incluido en listas negras que es bien sabido que las hay.

 ¿En qué se traduce? En que gente mucho más importante que yo como Albert Soler, Miquel Giménez, Ramón de España etcétera, e incluso gente de la talla de Joan Tapia o Lluís Foix no van a TV3. Porque les han dejado de llamar. Para ellos, no cuentan. Y uno piensa que si llaman a José Antich, ex Director de La Vanguardia” deberían llamar a los citados para equilibrar la balanza. No se refleja la pluralidad. Baste un ejemplo: a ciertos programas de debate político acuden tres o cuatro invitados “indepes”, más el presentador y un invitado que no comulga con el Procés. Así, transmiten una falsa sensación de pluralidad que no refleja que, hoy día, la sociedad catalana está partida por la mitad.

¿Y qué pasa con la autocrítica? Me parece que en las filas del independentismo brilla por su ausencia.

No ha habido la necesaria autocrítica tras hilar un sonado fracaso tras otro y, permítame decir que no la ha habido por la influencia marco mental que no fomenta la alternancia en el poder como la normalidad democrática marca. En Reino Unido, se alternan los Tories y el Labour Party, en Alemania la CDU y el SPD. En Cataluña, no. Además, tenemos una ley electoral que no facilita las cosas que son lógicas en una democracia que funciona. Aquí siempre mandan los mismos. Y TV3, junto con los medios de comunicación subvencionados, ha ayudado a que sea así creando una opinión pública en consonancia con el marco mental que les interesa mantener y fomentar.

Parece que a algunos les quedan ganas de volver a las andadas. ¿Lo volverán a hacer? ¿Veremos escenas tan obscenas e hirientes en el Parlament de Catalunya como la de unos exaltados tomando del Congreso de USA?

Vamos a dejar algo claro. Aquí ha habido penas de cárcel. Esto no es “moco de pavo”. Vendían que enfrentados a la “pérfida España” todo resultaría “coser y cantar” porque lo tenían a mano, o sea muy fácil. Han tenido una respuesta legal y congruente por parte del Estado y eso les ha pichando el globo y les ha conducido de vuelta a la realidad. Ahora se piensan las cosas dos veces. 

No hay agallas. Inclusive, hay un síntoma evidente que es el descenso de los niveles de excitación colectiva. Se trata de una pseudorrevolución jaleada y fomentada por las clases acomodadas. Albert Soler lo define así, y con mucha más gracia.

Entonces, Xavier, ¿Cómo se podría empezar a desmontar la madeja o tela de araña del “procesismo”?

Después de la aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno español, lo suyo era haber reconocido los errores cometidos. Volvemos al punto relativo a la ausencia de autocrítica en las filas del independentismo. Decir la verdad, eso es fundamental. Y no lo han hecho. No ha salido nadie diciendo “nos hemos equivocado”

En el actual contexto ¿qué pueden hacer los españoles como sociedad civil? ¿Pueden hacer algo o es mejor estar callados, quietos y viendo cómo transcurren los acontecimientos en Cataluña?

Mire, me remito a la idea de la conllevancia, tal y como la definió Ortega y Gasset. Sin embargo, el Estado debería tomar buena nota del malestar que ha habido, traducido en dos millones de personas votando al independentismo en sucesivas convocatorias electorales. No atisbo una solución como tal a corto plazo. Por otro lado, puede que el independentismo haya contribuido a reforzar la conciencia nacional española. Sobre este particular, parece que la izquierda ha dejado el concepto de España en manos de la derecha.

 Pedro Sánchez está gobernando con el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya y de Bildu que quieren la desaparición del España como Estado-nación. No sé si el votante socialista de toda la vida de Vallecas (Madrid) o de Dos Hermanas (Sevilla) lo entiende. La izquierda debería tener una idea de España que fuese más allá de pactos puntuales con el independentismo. Es un error dejar el concepto de España, casi en exclusiva, en manos de PP, Ciudadanos o VOX. (...)"  

 (Entrevista a Xavier rius, director de e-notícies, Edward Martín, El Mundo financiero, 02/12/21)

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