13/1/21

García Cárcel: algunos héroes del nacionalismo catalán fueron, en realidad, héroes de la españolidad. El claro ejemplo es el de Rafael de Casanova, que muestra un rechazo total al feroz “fanatismo” de los defensores de la Barcelona de 1714

 "(...) --¿Hay un denominador común de todos esos catalanes que participan en la historia de España? ¿Lo que pretenden es reformarla?

--García Carcel: Hay una conciencia latente del problema de España y de Cataluña. Las dos cuestiones se funden y se buscan alternativas, para encabezar una política económica diferente, como fue el caso de Francesc Cambó. Pero también reflejamos en el libro, aunque podríamos abundar en ello en el futuro, la labor extraordinaria de los catalanes en la historia de América, en las colonias españolas. 

Y me llama mucho la atención que algunos héroes del nacionalismo catalán fueron, en realidad, héroes de la españolidad. El claro ejemplo es el de Rafael de Casanova. Es una falsedad todo el relato que el nacionalismo catalán ha hecho de él, porque fue un austracista español, que está al servicio de España. Los textos posteriores de Casanova, tras 1714, cuando se retira en Sant Boi, muestran un rechazo total al feroz “fanatismo” de los defensores de la Barcelona de 1714. La figura se ha convertido en un símbolo del nacionalismo, con las ofrendas florales de cada 11 de septiembre. Pero fue tan español como los partidarios de los Borbones.

--¿Es un mito que también se ha instalado, y no se puede explicar que Cataluña creció de forma notable a partir de ese momento?  

--Pérez Samper: Lo ha sostenido Martínez Shaw, que, Cataluña pudo haber corrido una suerte muy distinta y ser una especie de Portugal con la misma dependencia de Inglaterra.

--García Carcel: A Cataluña le fue bien. La hipótesis contrafactual, de que hubiera pasado si los austracistas hubieran ganado la batalla de Almansa, siempre se puede hacer, pero la clave es que a partir de 1716, con la supresión de los fueros, y de 1725, con el retorno del exilio de las primeras figuras austracistas, se produce un despegue económico indiscutible.

--Pérez Samper: Un crecimiento rapidísimo. Las campañas para recuperar territorios en Italia se hicieron con barcos, que, en su mayoría, se construyen en Barcelona y eso dio mucho negocio. Los exiliados llegaron pronto. Y hasta los más forofos no pueden negar ese crecimiento. La burguesía comercial prospera y se dispara el libre comercio con América.

--García Carcel: Impera un pragmatismo que se manifiesta en los textos posteriores que se divulgan, y es que no se quiere apostar otra vez por un monarca concreto. El escepticismo es el denominador común a partir de ese momento. (...)"        

(Entrevista a García Cárcel y Pérez Samper, coautores de 'Catalanes en la Historia de España', Manel Mancgón, Crónica Global, 20/12/20)

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