25/6/19

Sosoe: Si lo comparamos, el problema de Quebec es muy diferente al problema catalán en términos geopolíticos e históricos. Geopolíticamente, los quebequenses son descendientes de franceses; son una minoría francófona de unos 6 millones de personas en una zona de habla inglesa de más de 325 millones...

"(...) 6) Hace un año usted organizó un coloquio sobre el secesionismo catalán y el Brexit [https://wwwen.uni.lu/forschung/flshase/european_governance_programm/actualite/union_europeenne_souverainismes_secession] en la Universidad de Luxemburgo. ¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre Quebec y la independencia catalana? (...)

Aunque forma parte de la teoría política y jurídica en un sentido amplio, el problema de la secesión ha tenido poco espacio por razones obvias: desde el siglo XIX, el pensamiento de la soberanía y la consolidación del Estado-nación han dominado las teorías políticas. Sólo después de la Segunda Guerra Mundial se reconoció el problema, pero fue mucho más frecuente en los llamados países del Tercer Mundo, con la excepción conocida de los Balcanes.

Si lo comparamos, el problema de Quebec es muy diferente al problema catalán en términos geopolíticos e históricos. Geopolíticamente, los quebequenses son descendientes de franceses; son una minoría francófona en América del Norte, una minoría de unos 6 millones de personas en una zona de habla inglesa de más de 325 millones.

La historia de esta minoría es la consecuencia de la guerra colonial entre Francia e Inglaterra. Estas son las razones por las que se habla de dos pueblos fundadores.

Esta historia no tiene nada que ver con el asunto catalán, aunque algunos catalanes y quebequenses "simpatizan" en torno al separatismo y se sientan solidarios. Lo único que tienen en común Quebec y Cataluña es cierta "idea nacional", un proyecto soberanista. Los quebequenses no se plantean necesariamente el problema en términos de secesión. Pero no excluyen la secesión si fuera necesaria, es decir, si las reivindicaciones de Quebec no se tuvieran en cuenta en el nivel federal. (...)

8) ¿Debería existir el derecho a la secesión y, de ser así, en qué condiciones?

R: La cuestión no es tanto si el derecho a la secesión deba existir o no. En la realidad política, hay grupos que reivindican el derecho a la separación. En la literatura especializada, se habla de ello y de sus condiciones. Cualesquiera que sean las condiciones que rodeen la secesión, hay dos consideraciones importantes. Una es trivial; la otra lo es menos.

Por un lado, no podemos obligar a las personas que ya no quieren vivir juntas a seguir viviendo juntas. Las comunidades humanas son como los individuos en eso, sin reducir por ello los individuos a meras comunidades.

Por otra parte, las condiciones que rigen la separación de los individuos no pueden ser las mismas que las de las comunidades políticas. Es en este sentido que la lista de condiciones para la secesión ha de ser más compleja. Algunas condiciones están incluso vinculadas a la emergencia de la soberanía del Estado nación.

Por ejemplo, la memoria de aquellos que han sido forzados a vincularse a un Estado, que han sido "asimilados". Los que se sienten víctimas de injusticias pasadas y presentes; los que quieren una separación para desarrollar "su cultura". En cada caso, las condiciones pueden ser diferentes. Una vez examinadas las cuestiones jurídicas teóricas, cada caso debe ser examinado por sí mismo.

Cuando consideramos los costes políticos y sociales de la secesión, vemos que no es algo que pueda tomarse a la ligera. Es obvio que no podemos aceptar todas las reivindicaciones separatistas porque sí. Además, sólo podría existir un derecho moral a la secesión pero no un derecho en el sentido jurídico. Si podemos evitar la secesión y encontrar formas de coexistencia políticamente menos gravosas, ello siempre será preferible. (...)

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