3/5/19

Confirmado: la Gispert está poseída. La nueva Cruz de Sant Jordi saca a su furioso racismo... comparando a diferentes dirigentes constitucionalistas con cerdos


"La ex presidenta del Parlament, Núria de Gispert, en twitter, ha comparado a diferentes dirigentes constitucionalistas con cerdos.

De Gispert acaba de ser condecorada con la Creu de Sant Jordi por el Govern de la Generalitat. En este tweet, hace un 'chiste' sobre las marchas de Cataluña de Inés Arrimadas, Enric Millo, Juan Carlos Girauta y Dolors Montserrat.

De Gispert adjunta una imagen de la Asociación Catalana de Productores de Porcino donde se indica que "Cataluña aumenta sus exportaciones". "Según el Observatorio del porcino, Cataluña mantiene la tendencia a aumentar las exportaciones", añade.

 En este sentido lo liga a la marcha de Arrimadas a Madrid, de Girauta a Toledo, de Millo en Andalucía y de Dolors Montserrat en la UE. "Para todos vosotros, para aquellos que deseais que vuelva la dignidad a nuestras instituciones", escribe de Gispert. (...)"                  (e-notícies, 02/05/19)


"Núria De Gispert requiere atención.

No sé en qué geriátrico está ingresada Núria de Gispert, pero si yo fuera la familia, me preocuparía, no parece que la vigilen mucho (doy por hecho que no vive en casa, es evidente que requiere atención continuada). 

Los cuidadores tienen la obligación de no permitir el acceso a las nuevas tecnologías a las abuelas con síntomas evidentes de senectud, porque tanto pueden entrar a páginas porno para recordar su juventud, como hacer compras millonarias para Amazon, como publicar tuits que hacen avergonzar a todos, excepción hecha de la propia tuiteadores, que vive en su mundo de fantasía.

 La senectud es muy traicionera, no perdona a nadie, y los primeros señales -salir a la prensa vestida de hada para convertirse en el hazmerreír de todo un país, ya indicaba que la cosa de la azotea no iba bien- la familia más cercana debería de haber tomado medidas drásticas. Incapacitar un familiar siempre es duro, pero a veces es mejor tomar decisiones difíciles que tener que lamentar más adelante no haberlo hecho. 

Hace años que debería tener restringido el acceso a Internet, como no sea bajo la supervisión de alguien de confianza. Se nos advierte hasta la exasperación que no permitimos que los niños naveguen solos por internet y, en cambio, no se nos avisa de los abuelos, que son mucho más peligrosos. 

Mi hijo de nueve años -ya se está convirtiendo en personaje habitual de esta columna-, por ejemplo, nunca me haría avergonzar de él a causa de Internet. En cambio, si la de Gispert fuera mi bisabuela, ahora mismo no sabría donde esconderme.

 Visito a menudo la residencia donde vive mi tía, y puedo dar fe de que allí las enfermeras son muy cuidadosas con las nuevas tecnologías, no dejan que ni abuelos ni abuelas jueguen con tablets ni ordenadores. 

Mi tía podría hacerlo sin peligro, si quisiera, porque conserva el cerebro en perfecto estado (tal vez es por eso, que no le interesa), pero en mis visitas no puedo dejar de ver otros inquilinos y inquilinas -llamado porque sí , babeando o simplemente vegetando-, cualquiera de los cuales podría ser la de Gispert, y noto un sudor frío sólo de pensar que inunden las redes con sus pensamientos: sería el fin del mundo. 

No entiendo, por tanto, que en la residencia de la de Gispert no se tomen unas mínimas medidas de seguridad, sabiendo que la buena mujer ya ha vivido sus días más clarividentes, que los ratos de lucidez, cada vez más escasas en los últimos tiempos , no volverán, y que a partir de ahora todo lo que haga o escriba, servirá sólo para avergonzar a familia y amigos.

Su tuit calificando de cerdos toda la gente que a ella no le gusta lo suficiente, no tiene demasiada importancia, seguramente tenía un mal día porque alguna otra residente le habría cogido un caramelo que guardaba para la hora de la merienda, estas cosas pasan, los geriátricos son un mundo aparte.

 Ahora bien, una cosa es disculparse a causa de su estado y la otra es que se le deba otorgar la Cruz de San Jorge. ¿Quién se hará responsable si se la come? ¿Y si la clava a una enfermera que le ha insistido demasiado que se ha de acabar la sopita? ¿Y si la confunde con el supositorio de las ocho de la tarde? 

No parece que en su residencia sean gente muy cuidadosa en la vigilancia, así que, para evitar males mayores, yo le retiraría la Cruz y le pegaría en la pechera tres tiritas de celofán de colores: ella quedará igual de contenta y no habrá ningún peligro.

Que triste e inexorable es el paso del tiempo, que no perdona a nadie."          (Albert Soler, Diari de Girona, 03/05/19)



"La excelentísima Núria de Gispert és exconsellera de Justícia i Governació i expresidenta del Parlament de Catalunya. 

 La Gene acaba de otorgarle la Cruz de Sant Jordi (la tiene tanta gente que vale lo mismo que una chapa de cocacola), suponemos que para dar ejemplo de virtudes y valores. (...)

Sí, la señora llevaba un hitlerito oculto en sus entrañas y lo sacó a la luz hace pocos años. Ara la bruixa nacionalista sólo sabe escupir supremacismo, odio y mala educación, especialmente hacia Inés Arrimadas. Algo de Blancanieves y la Madrastra hay en ello. (...)"             (Dolça Catalunya, 02/05/19)

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