"El norte de Italia nos dice estos días cosas
interesantes sobre Catalunya. Nos vamos a Turín, la ciudad de la Fiat,
de Antonio Gramsci, de los salesianos y de la Sábana Santa. Desde hace
150 años, el gran diario de Turín es La Stampa, vinculado a la familia
Agnelli.
Diario señor. Laico, serio, austero, con mucha crónica local y
potente información internacional. Su actual director es Maurizio
Molinari, formado académicamente en Oxford y Jerusalén, excorresponsal
en Estados Unidos, Bruselas e Israel.
Citando fuentes reservadas de la Administración
norteamericana, explicaba anteayer la posición de Washington sobre la
cuestión de Catalunya, más allá de las frases de rigor y los comunicados
oficiales.
“Los asesores de Donald Trump le han convencido –escribe el
corresponsal Paolo Mastrolilli– que la desestabilización de un aliado
como España, puede afectar negativamente a la Unión Europea y a la OTAN,
perjudicando los intereses de Estados Unidos en beneficio de Rusia”.
Los citados asesores consideran que el Kremlin ha vuelto a movilizar sus
eficaces servicios de propaganda en internet para zarandear a la Unión
Europea. “La independencia de Catalunya podría tener un efecto contagio
en otros países europeos, entre ellos Italia: el norte de Italia.
Vladímir Putin aprovecharía la ocasión para intentar legitimar la
secesión de la península de Crimea y el Donbass [cuenca del Donets, en
el este de Ucrania, de mayoría rusófila].
Añade el diario turinés: “El
Gobierno de Estados Unidos apoya al ciento por ciento la línea de
Mariano Rajoy, con una única duda: tenía que haber actuado antes.
Consideran [los asesores de Trump] que se tenía que haber intentado
dividir a los independentistas. Ahora habrá que ir a unas elecciones”. Y
atención a lo que sigue: “Con la esperanza de que los tribunales
prohíban a los partidos con plataforma independentista”.
La crónica concluye con el temor de los
norteamericanos de que Rusia quiera influir en las elecciones
legislativas italianas de la próxima primavera.
Mapas, mapas, mapas. Vistas desde los despachos de
Washington, Catalunya y el norte de Italia están muy cerca, casi juntas.
Dibujan una posible línea de ruptura del orden europeo existente. Y
han llegado a la conclusión de que esa ruptura hoy no les interesa. La
clave que nos aporta La Stampa es la siguiente: la Administración
norteamericana va a ser beligerante.
La propaganda soberanista ha hecho creer a su gente
–gente de muy buena fe– que los norteamericanos quizá se pondrían de
perfil. Y que Israel, el Israel de Beniamin Netanyahu, con tan buenos
amigos en el Washington republicano, podría ser el gran punto de apoyo
de una Catalunya independiente. Hace unos meses, hubo tentación
trumpista en el ala derecha del soberanismo.
El 10 de noviembre del
2016, Artur Mas colgó un vídeo en internet que sorprendió a mucha gente.
No felicitaba a Donald Trump por su elección, pero casi. Se felicitaba
de la disrupción que suponía su victoria.
“Lo que parece imposible a
veces se convierte en posible”, decía el expresidente.
Mas y personas de su entorno figuran estos días entre
los partidarios de reconducir el proyecto soberanista con la inmediata
convocatoria de elecciones.
Alguien les engañó. O se autoengañaron." ('El día que Trump fascinó a Mas' de Enric Juliana Ricart, La Vanguardia, en Caffe Reggio,
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