"(...) ¿Es el déficit fiscal la causa del déficit social de Cataluña?
El argumento más utilizado por
personalidades provenientes del movimiento independentista, tales como
el presidente Artur Mas de la Generalitat de Catalunya, el sr. Oriol
Junqueras, presidente de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), y
muchos otros portavoces de tal movimiento, es que el déficit fiscal
entre lo que Cataluña envía en impuestos y cotizaciones sociales al
Estado Central y los fondos que recibe de él (y que cuantifican en una
cifra alrededor de 16.000 millones de euros al año, cantidad que
equivale, más o menos a un 8% del PIB catalán) es la causa de la
subfinanciación de su Estado del Bienestar.
Es decir, el estado central
se queda con tanto dinero que Cataluña no puede tener el Estado del
Bienestar que se merece. De ahí que tales portavoces independentistas
hablen frecuentemente en tono belicista del expolio de Cataluña por
parte de España.
De esta interpretación del retraso
social de Cataluña se deduce que su manera de resolver este enorme
déficit de gasto público social sea consiguiendo la independencia para
Cataluña, es decir la separación de Cataluña del estado español,
argumentando, además (y a fin de reforzar su argumento), de que tal
déficit fiscal es mucho mayor del que ocurre en otros países de
semejante nivel de desarrollo económico.
En realidad, se refieren a este
déficit fiscal o “expolio” como el mayor existente hoy en el mundo
desarrollado, dato que – tales autores subrayan – puede fácilmente
demostrarse viendo las balanzas fiscales que los estados de tales países
publican periódicamente.
Esta atribución del enorme déficit
social de Cataluña al déficit fiscal existente entre esta Comunidad
Autónoma y el Estado Español es ampliamente promovida en los mayores
medios de información en Cataluña y, muy en especial, por los medios
públicos de la Generalitat de Catalunya como TV3 y Catalunya Ràdio
(ampliamente controlados por el partido gobernante de la Generalitat de
Catalunya, CDC, Convergència Democràtica de Catalunya, y por su aliado
ERC) y por la dirección de los mayores movimientos sociales
independentistas tales como la ANC (Assemblea Nacional Catalana) y el
Òmnium Cultural.
Y como es de esperar, tal argumentación tiene una
enorme capacidad de movilización popular, lo cual explica, en parte, las
movilizaciones multitudinarias existentes a lo largo del territorio
catalán en favor de la independencia. En realidad, es muy difícil para
personas que cuestionan tales tesis tener acceso a los medios de
comunicación públicos de la Generalitat de Catalunya.
¿Es el supuesto “expolio” tan grande como se presenta?
En realidad, este énfasis en el
argumento del expolio fiscal como causa del déficit social oculta el
hecho de que la mayor causa del déficit social en Cataluña no es
primordialmente el déficit fiscal – aceptando su existencia que debe
corregirse – , sino el déficit de ingresos a la Generalitat de
Catalunya, resultado de las políticas fiscales y tributarias y de las
prioridades presupuestarias de las autoridades de la Generalitat de
Catalunya (así como su tolerancia hacia el fraude fiscal), en
colaboración y aliadas con las políticas públicas del estado español
(que han ayudado a configurar), todo ello resultado del enorme dominio
que las fuerzas conservadoras y neoliberales (que a nivel popular se
conocen como las derechas) catalanas han tenido sobre las instituciones
del gobierno de la Generalitat de Catalunya durante la mayoría (el 80%)
del periodo parlamentario (1980-2015) en Cataluña, y su influencia en
las Cortes Españolas, aliadas con los partidos gobernantes en el estado
español, y muy en especial con los partidos de derechas de ámbito
español, como ha ocurrido durante la mayoría de años de la Gran
Recesión.
Políticas fiscales y de gasto público seriamente regresivas
han sido aprobadas primordialmente por las derechas catalanas no solo en
el Parlament de Catalunya, sino también en las Cortes Españolas (en
alianza con las derechas españolas), tesis que he mostrado
detalladamente en otro artículo (“L’estat de la Catalunya social”, que
se publicará el 4 de septiembre en el periódico catalán Crític).
¿Cuán grande es el supuesto “expolio”? ¿De dónde vienen las cifras citadas por el Sr. Mas y el Sr. Junqueras?
El déficit fiscal es – según el método
llamado “monetario” de calcularlo – la diferencia entre lo que Cataluña
paga en ingresos y cotizaciones sociales al estado español y lo que
recibe en todo tipo de transferencias y gastos.
Así, en el año 2009, el
flujo de dinero de Cataluña al estado español (en ingresos y
cotizaciones) fue de 46.195 millones de euros, y el que fue en la otra
dirección, del estado español a Cataluña, de 45.403 millones de euros.
El déficit fiscal fue pues, de 792 millones (46.195-45.403), una
cantidad que es relativamente menor. Ahora bien, a esta cantidad habría
que sumársele 15.618 millones, que corresponderían al 19% del déficit
público de todo el estado (que era de 81.113 millones) que
corresponderían a la parte catalana de tal déficit.
El 19% eran, pues,
15.618 millones que Cataluña debía al estado español. De ahí que hubiera
que sumar estos 15.618 millones a los 792 millones anteriores,
apareciendo así los famosos 16.000 (16.410) millones de euros expoliados
de Cataluña por parte del estado español.
Ahora bien, este número tiene problemas
serios, como han mostrado Josep Borrell y Joan Llorach en su libro Las
cuentas y los cuentos de la independencia (Editorial Catarata. 2015),
del cual derivo gran parte de los datos presentados en este artículo.
Uno de ellos es que no incluye los servicios comunes que el estado
español provee a Cataluña en territorio no catalán y que van desde la
diplomacia a infraestructuras de transporte, el ejército y otros gastos
que, según estimación del Sr. Mas, suman alrededor de 3.000 o 4.000
millones de euros y que deberían descontarse de estos 16.410 millones de
euros.
En realidad, es más que probable que el número real sea mucho
mayor, tal como muestran Josep Borrell y Joan Llorach. (...)
La construcción del “supuesto expolio”
Pero el mayor problema con esta cifra es
que no es representativa del déficit fiscal durante todo un ciclo
económico. Los Sres. Mas y Junqueras han escogido el año en el que este
déficit fiscal fue mayor en los últimos años, el año 2009.
Pero el
déficit fiscal – el balance entre el flujo de dinero hacia el estado
procedente de Cataluña y en dirección opuesta – depende en gran parte
del estado de la economía.
Cuando la economía crece rápidamente (como
durante los años de la burbuja inmobiliaria) los ingresos al estado
central procedentes de Cataluña vía impuestos son, por lo general, mucho
más elevados que en momentos de escaso crecimiento o de recesión.
De
ahí que frecuentemente el déficit fiscal en momentos de gran expansión
sea mucho mayor, pues el flujo de dinero de Cataluña al estado central
es mucho mayor durante la expansión que en circunstancias normales.
En cambio, en momentos de escaso
crecimiento o incluso de recesión, los ingresos al estado central
procedentes de Cataluña son menores, mientras que los gastos con fondos
procedentes del estado central – sobre todo gastos sociales (como por
ejemplo, en seguro de desempleo) – son más elevados.
De ahí que, en
estos años, el déficit fiscal no solo baje sino que desaparezca y se
convierta incluso en plusvalía. Cataluña recibe, en momentos de
recesión, más de lo que envía al estado español. De ahí la importancia
de no centrarse solo en un año sino en un periodo más largo. Así, por
ejemplo, si cogemos el promedio del déficit fiscal durante todo el
periodo 2005-2010, veremos que no es el 8% del PIB sino el 5’7% del PIB.
En realidad, esta cifra es incluso mucho menor, pues en el cálculo del
déficit fiscal no se han incluido los gastos del estado que benefician a
Cataluña pero que no están físicamente en Cataluña y que Cataluña
tendría que realizar si fuera independiente. El déficit fiscal es, pues,
mucho menor de lo que el Sr.
Mas y el Sr. Junqueras muestran. En
realidad, según la última cifra, la propia Generalitat de Catalunya ha
calculado que el déficit fiscal para este año 2015 será equivalente a un
1,5% del PIB, o sea 3.000 millones, que es una cifra, repito, mucho
menor que el déficit social, que es de 19.000 millones.
¿Es este supuesto “expolio” el mayor existente en el mundo?
Para contestar a esta pregunta debemos
mirar qué pasa en otros países. Y lo primero que hay que señalar es que,
en contra de lo que dicen los señores Mas y Junqueras, no hay estado en
el mundo que publique tales balances fiscales, es decir, que ni el
estado federal de EE.UU., ni el estado federal alemán (por citar dos de
los casos que utilizan más frecuentemente estas dos personalidades)
publican los balances fiscales.
No estoy indicando ni que debieran
hacerlo o no debieran hacerlo. Estoy solo constatando que lo que dicen
tales señores no es cierto. Lo cual no quiere decir que estén mintiendo,
sino que están pésimamente informados.
Y la bien conocida falta de
actitud crítica de los medios de información de Cataluña explica que
estos errores se reproduzcan y multipliquen. Merece especial aplauso el
diario ARA, que fue de los pocos rotativos que les corrigieron. El
corresponsal en Berlín de tal diario señaló que, en contra de lo que
tales señores decían, el gobierno alemán no publicaba tal información.
Gobiernos regionales o estados en países
federales, o instituciones privadas o centros académicos, publican de
vez en cuando estudios específicos de los balances fiscales. Y por
cierto, en uno de estos estudios de la Tax Foundation de EE.UU. (una
fundación privada), los déficits fiscales de muchos estados, en EE.UU.,
eran mucho mayores que el citado por los señores Mas y Junqueras para
Cataluña, supuestamente -según ellos – “el mayor del mundo”.
Y en el
estudio italiano Fiscal Federalism in Italy, publicado por la
presidencia del Véneto, los déficits fiscales eran del 11’5% en
Lombardía, 10’3% en Véneto, 10’1% en Emilia Romagna, 8’1% en Cataluña y
7’6% en Estocolmo, Suecia. (...)
Ni qué decir tiene que, como consecuencia del compromiso redistributivo
del estado, las regiones más ricas deben aportar al conjunto del estado
más que el promedio de todas CCAA. Hay, por lo tanto, un componente de
tal déficit fiscal que debería considerarse lógico, aceptable y
razonable por parte de aquella población que se considera parte de
España.
Pero lo que es motivo de discusión es el criterio que sigue tal
distribución. Y en España, tal criterio es excesivamente opaco,
arbitrario, y fuente de continuos conflictos y tensiones. En realidad,
el estado español es muy poco redistributivo (lo cual ocurre también e
incluso con mayor intensidad, en la Generalitat de Catalunya dentro de
Cataluña).
Como consecuencia, Cataluña y España están entre las
entidades más desiguales existentes hoy en el mundo capitalista
desarrollado. La evidencia de ello es clara y contundente. (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro que se publicará mañana, 4
de septiembre de 2015, en la columna “Dominio Público” en el diario
PÚBLICO, en www.vnavarro.org, 03/09/2015)
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