"Los de siempre, han vuelto a pintar un insultante "Gora ETA"en la
fachada de nuestra casa familiar en Echarri Aranaz, a cuya puerta el
etarra Vicente Nazábal tiroteó a nuestro aita, Jesús Ulayar, que quedó
tendido a mis pies, muerto. Ya ven, los “derrotados” siguen
persiguiéndonos incluso después de matarnos.
Y digo los de siempre
porque las distintas caretas y marcas que ETA ha ido adoptando desde HB
hasta hoy son un entramado -una hidra con sus múltiples cabezas- al que
se nos quiere presentar como lisa y llanamente derrotado, cuando a la
vista salta que, gracias a la traición del infausto Zapatero, a la que
se sumaron primero el PNV y luego Mariano Rajoy como actores
principales, hoy tiene más poder económico y político que nunca, exaltan
a los asesinos y se carcajean de nuestros muertos.
Se regaló la legalización a la bestia cuando estaba al borde de su
completa derrota. Así, se dio por buena la situación creada por el
cóctel de asesinatos, acosos, amenazas, secuestros y extorsiones con la
que los terroristas moldearon durante décadas el País Vasco y buena
parte de Navarra, echando a sangre y fuego al rival político ciudadano
del espacio público.
De ese modo, solo había un discurso: el
separatista. Gente normal -y cobarde-, en aquel ambiente opresivo,
decidió conceder, callar, adaptarse, que es más fácil para vivir: así se
han esculpido los resultados electorales. Aunque también extendieron
sus más de 850 asesinatos por toda España para amedrentar al Estado.
Por
culpa de los matones -y de un Estado débil con demasiados políticos
necios- nunca ha habido democracia en estos lares; y sí un claro
beneficiarios de la circunstancia: el separatismo. Era evidente que unos
cuantos años de ilegalización, para que el aire de la libertad corriese
y nos saneara, eran paso obligado para intentar revertir la atrocidad,
borrar la huella social de la bota liberticida. (...)
No doy el poder de herirme a esos
nazis que pintan una barbaridad en casa. Lo que me indigna y pudre la
sangre es ser derrotado en 1979 a manos de la ETA y sufrir como hemos
sufrido los Ulayar Mundiñano (como tantas otras víctimas) durante
décadas esperando Memoria, Dignidad y Justicia para, finalmente,
comprobar que nos han amordazado y derrotado nuevamente quienes
suponíamos eran los nuestros: PSOE y PP, apañando con los matarifes.
¡Pero si Egiguren acaba de llamar a los presos de la ETA “soldados” y
nadie le va a echar de su partido! A su juicio, ¿sería yo
un soldado si cojo una pistola y me tomo venganza? No, sería un asesino,
porque aquí no ha habido una guerra.
A pesar de que el resto de las esferas de mi existencia, gracias a Dios,
giran en armonía, confieso que ésta, tan importante, la vivo cansado y a
veces contamina a las demás; que la vida me queda larga, desde mi
infancia, desde aquellos putos años del acoso hasta esta hora amarga del
cinismo. Pero juro que no me resigno.
Solo soy un granito en la playa y
mi vida un día se extinguirá como una raya en el agua. Pero mientras
tanto, y parafraseando a Primo Levi, proclamo que hay una libertad que
jamás podrán quitar a un Ulayar Mundiñano: no otorgaré mi
consentimiento, aita." ((*) Artículo publicado inicialmente en el blog "La acera de Savador Ulayar" , Euskadi Información global, 11/09/2013)
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