18/3/22

Cómo estarán los ánimos lacistas, que incluso las encuestas de la Generalitat dan al independentismo los peores resultados de los últimos años, a catorce puntos de quienes quieren seguir siendo españoles. Este éxito a favor de España debe otorgarse en exclusiva a los líderes lacistas, que llevan mucho tiempo trabajando incansablemente contra la independencia. Todo lo que hacen y dicen, parece estar dirigido a desencantar a los pocos que todavía sueñan con la republiqueta. Ya ven, tanto buscar conexiones rusas, al final resultará que el Vivales, Junqueras, todos sus secuaces, el Governet, el ANC y aquello llamado Òmnium, llevan tiempo cobrando del fondo de reptiles del estado español... El método, no por sencillo, deja de ser eficaz, y se reduce a provocar entre los sufridos ciudadanos, la expresión «Otra burrada. ¿Te imaginas que a esta tropa gobernando un estado? Tiemblo sólo de pensarlo»

 "Encuestas que causan dolor.

 Cómo estarán los ánimos lacistas, que incluso las encuestas de la Generalitat dan al independentismo los peores resultados de los últimos años, a catorce puntos de quienes quieren seguir siendo españoles. Este éxito a favor de España debe otorgarse en exclusiva a los líderes lacistas, que llevan mucho tiempo trabajando incansablemente contra la independencia.

 Todo lo que hacen y dicen, parece estar dirigido a desencantar a los pocos que todavía sueñan con la republiqueta. Ya ven, tanto buscar conexiones rusas, al final resultará que el Vivales, Junqueras, todos sus secuaces, el Governet, el ANC y aquello llamado Òmnium, llevan tiempo cobrando del fondo de reptiles del estado español. 

O eso, o son unos inútiles, aunque cuesta creer que puedan serlo tanto como para acabar de esta forma tan insensible y cruel con las ilusiones de tantos catalanes. El método, no por sencillo, deja de ser eficaz, y se reduce a provocar unas cuantas veces al día entre los sufridos ciudadanos, la expresión «Otra burrada. ¿Te imaginas que a esta tropa gobernando un estado? Tiemblo sólo de pensarlo».

 Espero sinceramente -por su bien- que los líderes lacistas estén engordando sus cuentas corrientes gracias a destruir el independentismo, que siempre es mejor ser algo traicioneros que uno muy idiotas. Me pongo en el lugar de sus familiares, y prefiero aguantar en casa a un traidor que a un idiota, que el traidor sólo se manifiesta cuando hay intereses de por medio, y el idiota lo es a jornada completa.

 Es normal que el "sí" a la independencia se esté desinflando. Los abuelos que veían en el proceso la última oportunidad de ser transgresores, ellos que vivieron el franquismo tranquilamente y sin levantar la voz, van palmando inevitablemente, y son sustituidos por unos jóvenes a los que los delirios de los líderes lacistas les suenan chino. O mejor dicho, en ruso. 

Se ha denigrado a las nuevas generaciones con el argumento de que no leen y se pasan las noches de botellones, pero al menos no se dejan engañar por los papanatas que idearon el proceso, a los que ven -con razón- como un grupo de chiflados que no se enteran de nada. Solo por eso ya son más listos que la mayoría de sus padres, que se veían con asiento en la ONU y con derecho a voto catalán en Eurovisió, a los dieciocho meses justos de la fuga del Vivales escondido en un coche. 

Al revés de lo que sucede en otros lugares, Cataluña debe ser la única región del mundo donde los mayores viven de ilusiones y los jóvenes tienen preocupaciones más prosaicas, como salir a divertirse, conseguir un empleo o descubrir el sexo. Más vale contrato indefinido en la mano, que cien republiquetas volando, di que sí. 

 - ¡Déjese de encuestas, lo que queremos es celebrar un referéndum! 

- ¿Otra vez, señora? Si ya ganaron uno con el 120% de los votos a favor, que ni en la URSS. Pida cuentas a quienes lo organizaron y luego huyeron, pero a mí déjeme tranquilo. 

Un personaje de La paga de los soldados, de Faulkner, asegura que lo triste del amor es que no sólo no dura eternamente, sino que incluso el desamor se olvida pronto. Es lo que ha pasado con el amor al proceso: no sólo ya hemos dado por muerta y enterrada la republiqueta, sino que ni siquiera hagamos el menor caso a quienes siguen prometiéndola en falso. Fuera que sea, por supuesto, para reírnos de ellos."          (Albert Soler, Diari de Girona, 18/03/22)

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