"(...) En los tiempos de la dictadura, el que firma tenía el pelo negro,
ahora ya lo tengo blanco. En esos años, con mis amigos catalanes -nací
en Granada- exhibíamos y defendíamos la señera delante de los grises, y
también defendíamos el catalán en la escuela.
Hoy, casi 50 años después, tengo que defender el castellano en la
escuela e intentar que se respete la bandera constitucional de mi país.
¿Es hoy para los que mandan en Cataluña una provocación exhibirla en
público? Igualito que hacía Franco con la señera.
¡Cómo se invierten las
cosas! ¡Cuántos compañeros y compañeras de mi generación luchamos por
la libertad, la amnistía, el Estatuto de Autonomía y la solidaridad con
los demás pueblos de España!
Hoy, en la Cataluña de ese derecho a decidir, he decidido continuar
pidiendo la libertad, la justicia y la igualdad de los ciudadanos ante
la ley y el respeto a las leyes y las sentencias. Hoy, aquello por lo
que luchamos ya no es defendible.
La libertad se respira y se ejerce con
mayor intensidad por parte del poder y sus adláteres, algunos
ciudadanos hemos de seguir buscándola.
La amnistía ya no es necesaria.
El Estatuto vigente se emplea con todo su poder para destruir su origen y
legitimidad. Y la solidaridad con los demás pueblos de España parece la
base que ha conducido al actual estado de cosas con lo del "España nos
roba".
Si no surge un nuevo mensaje de respeto a todas las opiniones,
concienciarnos que tenemos que vivir juntos, que los derechos son
iguales para todos, pensemos lo que pensemos, el futuro no pinta muy
bien para nuestros hijos y nietos, pues los estamos metiendo en un lugar
poco recomendable para ellos. (...)" (Antonio Pavón, Crónica Global,Martes, 24 de septiembre de 2013)
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