25/6/19

Torra, un año al frente del desaguisado. La división social se acrecienta y tardará décadas en cerrarse si lo hace. Sólo una ley está en trámites, la denominada “ley Aragonés”: la privatización de servicios públicos en sectores tan sensibles como las escuelas infantiles, educación especial, las de adultos, servicios hospitalarios, trasplante de órganos, cirugía… Posiblemente sea la ley más importante sobre Servicios sociales en los últimos 15 años. Lo quieren privatizar todo...

"Torra cumple un año al frente del desaguisado. El balance de las realizaciones del “procés” no puede ser más triste. A la incapacidad y la ineptitud del “president vicari”, se une las disensiones internas entre los grupos políticos que le dan apoyo. 

Todos con la mirada puesta en la sentencia. Todos mirándose de reojo, todos pensando en su salvación personal (lógica en el caso de los presos) pero no tanto cuando conviertes la administración pública (que es de todos) en el campo de batalla por la hegemonía política y el futuro personal.

Puigdemont camufla su caudillismo narcisista y su falta de empatía hacia el pueblo que dice representar, con una supuesta “astucia” política. Sus enfrentamientos con las instituciones de la UE revelan una tendencia hacia el cesarismo; el personaje se cree la reencarnación del prisionero de Elba al mismo tiempo que su aislamiento político en la UE se acrecienta.

 Sus apoyos internacionales son los nacionalistas flamencos de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA): la eurodiputada de ese partido Helga Stevens, fue la que propició los coloquios de Puigdemont en el Parlamento Europeo en su momento. Ese grupo político forma grupo parlamentario con Vox.

Eso sí, debemos otorgarle una virtud: ha conseguido que su responsabilidad en la deriva política de Cataluña haya quedado subsumida en el victimismo del “exiliado”.1En este contexto, un personaje como Artur Mas, implicado en la corrupción de la antigua Convergencia, pretende un papel relevante en el nuevo sainete independentista. La sentencia, que se espera dura, será un momento de ahondar la fractura social, otro momento de “clímax emocional” ya con la mirada puesta en las próximas elecciones autonómicas.

Es tal la escasa capacidad de control de las instituciones estatales, que personajes como Oriol Pujol, condenado en firme por graves delitos de corrupción, se pasea en libertad gracias a las competencias de Justicia, traspasadas a los nacional/independentistas. La imagen del convicto paseándose libre por las calles de Barcelona evidencia uno de sus objetivos más queridos: que la corrupción de la clase dirigente catalana quede impune. Por ello el gobierno Torra, intenta “amnistiar” de facto a uno de los personajes centrales de la banda de saqueadores que es la familia Pujol.  (...)

Una parte de la población lo justifica o lo obvia. El procés está creando un tropel de devotos inmunes al argumento. Muchos están poseídos de una fe ciega alimentada por su propio etnicismo. Toda noticia, todo argumento que no corresponda a sus propios apriorismos es rechazado por “españolista”. Solo hay una verdad y esa es la promulgada por el oráculo canónico de TV3 (una parte nada desdeñable de la sociedad independentista sólo se informa a través de ese medio u otros subvencionados por el govern).

Sin embargo, se niega lo evidente. Elección tras elección, se demuestra que el Independentismo, a pesar de todos los medios puestos a su alcance y la inexistencia de alternativas progresistas por la izquierda, no consigue la mayoría social. El enfrentamiento, aunque Torra diga lo contrario, no es de españoles contra catalanes, sino entre catalanes.

El procés tiene un mucho, como decíamos, de religión. Se han generado ritos, (las cantatas populares por los presos, las misas y rosarios en memoria de los “perseguits i empressonats”, tenemos hasta reliquias (la tierra de la casa de Waterloo traída por devotos nacionalistas, dentro de una ínclita urna liberada) y, como tenemos ortodoxias, también herejes (aquellos que no comulgamos con el credo nacionalista y que por tanto no somos catalanes). En el mundo de la fe no hay espacio para la disidencia

La división social se acrecienta y tardará décadas en cerrarse si lo hace.(...)

 Las escenas vividas durante la toma de posesión de los nuevos alcaldes cuando no son del gusto independentista, dan fe de la existencia de un fondo excluyente (se insulta al que diverge). Mencionamos una vez en estas páginas: ¿Quién pondrá el primer muerto? Nadie, afortunadamente, ha escrito aún ningún nombre. A partir de septiembre, la situación volverá a ser explosiva.
 
La sensación de impunidad del independentismo en Cataluña muestra, lo que tantas veces hemos denunciado: la inexistencia de un Estado capaz de definir los límites del autogobierno. (...)

El “president” Torra vive una realidad paralela, aislado en el interior de su propio Consell ejecutivo. Tiene, según narran fuentes fiables, escaso control sobre la acción de gobierno, ya de por sí, mínima. El ejecutivo no ha enviado al “Parlament” ni una sola ley para ser discutida en estos doce meses! El “vicepresident, “miembro de ERC y feroz rival político, para evitar los debates, no ha llegado ni a presentar un proyecto de presupuesto. Es más fácil repetir el “mantra” oficial: la culpa es de Madrid. En un momento dado intentó atraer al sector de los comunes más proclives a las tesis independentistas, pero la incapacidad y el desinterés por presentar las cifras generales imposibilitaron el acuerdo.

Rectifico, sólo una ley está en trámites es la denominada “ley Aragonés”. Tal como la denunciaba la marea blanca y otras voces acreditadas como Lidón Gasull, 2directora de la FaPac, el redactado introduce la privatización de servicios públicos (ahora se llama externalización) en sectores tan sensibles como las escuelas infantiles, educación especial, las de adultos, servicios hospitalarios, trasplante de órganos, cirugía…Posiblemente sea la ley más importante sobre Servicios sociales en los últimos 15 años. Lo quieren privatizar todo.  (...)

El esperpento tal vez el más cruel se produjo cuando se defendió la política de vivienda en Cataluña. Con 13.900 desahuciados, Cataluña encabeza ese triste ranquing, por encima de Andalucía, aunque esta comunidad tenga más población.

Lo hemos afirmado muchas veces: el “proces” oculta uno de los procesos más intensos de desposesión de las clases populares en todo el Estado. Los recortes practicados están entre los más altos del país. Los informes de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales dibujan una situación dramática. En servicios sociales, con un 19,96%, Cataluña es la campeona de los recortes (la media española se sitúa en el 7,7%). En el período de gobierno de los señores Mas, Puigdemont y Torra, cinco comunidades han recuperado el gasto social previo al 2009 (Baleares, Navarra, País Vasco, Cantabria, Asturias y C. Valenciana). Mientras que Cataluña ha recortado en ese período un total de 4.134, millones. (...)

¿Y la izquierda?

Perdida en su laberinto.(...)

 Cuando finalmente el ruido de fondo deje de ocultarnos la música, habremos de exigir a esos próceres de la “independencia, los de “pata negra” y los sobrevenidos, que nos expliquen hacia dónde nos llevan. ¿Estos son los ríos de leche y miel que prometieron? Pero también debemos exigir responsabilidades a esos líderes de la izquierda que cada día más parecen miembros de la casta a la que denunciaron."                (Eduardo Luque, Crónica Popular, 22/06/19)

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