24/6/19

Una profesora envía a Urgencias a una menor por dibujar una bandera de España



"Col.legi Font de l’Alba, a Terrassa. Tiempo de Tutoría en las clases de Primaria con los chavales de 10 años. 

La niña ha hecho su álbum de fin de curso y ha decorado la portada con una bandera de España i els mots “Viva España”. “La tutora les dijo que podían hacer lo que ellos quisieran en la portada. Mi hija dibujó una bandera de España y cuando la profesora lo vio, le gritó muy fuerte ”¡Banderas no!”, cuenta la sra. C a La Razón.

La profesora Miriam llegó por detrás, levantó a la niña y la tiró al suelo. Después la cogió de la camiseta, la levantó y la echó de clase agarrándola por el cuello.

El parte médico del Hospital de Tarrasa elaborado por la dra. M ayer mismo a las 17:09 lo explica así:

Niña de 10 años que acude a urgencias acompañada de sus padres por agresión por parte de la profesora, según refieren. La niña refiere que en clase ha dibujado unas banderas de España acompañadas de la frase “viva España” en el álbum de fin de curso. Refiere que la profesora (…) al verlo le ha gritado, la ha cogido de la camiseta y al hacerlo la niña ha caído contra el suelo golpeándose en la espalda y posteriormente la ha cogido del cuello para sacarla de la clase. La niña refiere molestias en la zona torácico-lumbar tras el golpe, molestias en el primer dedo de la mano derecha y molestias a nivel inguinal derecho donde tiene una hernia pendiente de intervenir. No otra sintomatología. (…)

Orientación diagnóstica: Dorso-lumbalgia (dolor dorso-lumbar). Contusión primer dedo”.
En resum: si dibuixes senyeres de tots a una escola de la Gene (que paguem tots), la professora Miriam s’histeritza i t’agredeix. (...)      (Dolça Catalunya, 19/06/19)


"Imaginemos por un momento que en una escuela de alguna ciudad de Castilla, Ávila por ejemplo, a una niña se le ocurre dibujar en el cuaderno de la clase la señera, y la maestra, una mujer que en el aula suele hacer profesión de fe nacionalista española y luce en la solapa de la bata insignias ad hoc, pierde los estribos y ciega de ira rompe en pedazos el dibujo, arroja a la niña al suelo, la saca a rastras del aula, la envía al hospital.

Supongo que la indignación de nuestro facherío laci sería colosal. El aparato de agitprop se pondría a trabajar ya, echaría humo inmediatamente. La noticia ocuparía la portada de la prensa sobornada, donde mil columnistas paniaguados escribirían artículos desgarrándose las vestiduras; abriría los telediarios de TV3 y Catalunya Ràdio, sería tema de encendidos e interminables debates.

El defensor del pueblo no interrumpiría sus agradables viajes de negocios con su secretaria pero a su regreso expresaría su firme condena de la bárbara maestra y exigiría explicaciones al Gobierno. Se montarían manifestaciones monstruo con lemas como “Ja n’hi ha prou!!!”, “Marxem!”, etcétera. En estas manifestaciones se haría participar a muchos niños, solidarios con la víctima, vestidos con camiseta amarilla, encantados de su protagonismo aunque sin entender mucho de qué va la cosa.

Pilarín, la verdulera mayor del reino, pondría el grito en el cielo o lloraría a moco tendido –asegurándose de que las cámaras la pillan bien– reclamando para la maestra fanática, para ese monstruo que en vez de educar y amar a los críos los envía al hospital, más años de cárcel que para los miembros de La Manada.

Se execraría a la maestra y se hablaría mucho de la secular intolerancia de los españoles, en torno a cuyo ADN se perciben claras señales epigenéticas de la intolerancia de la santa Inquisición. Espot se pondría como el demonio de Tasmania. Martí i Pol se levantaría de la tumba para componer unos ripios sobre el tema, que Colau leería desde el balcón del ayuntamiento llorando también (en abierta competencia con Rahola), sin que se pudiera saber a ciencia cierta si lloraba por la emoción, pensando en la pobre niña, o si lloraba porque abajo la multitud la estaba llamando “puta” y “botiflera”.

 Margarit chasquearía la lengua y sacudiría la cabeza murmurando que el poema se lo tenían que haber encargado a él. Lluís Llach daría un concierto de desagravio y solidaridad en el Palau de la Música, abarrotado por un público que sentiría escalofríos de emoción al oírle chillar con su mejor voz caprina:

–Aasssssaaaaaaassssssiiiiiiiins!

Para tranquilizar los ánimos, el Gobierno de Sánchez tomaría cartas en el asunto. La maestra se caería con todo el equipo. No volvería a dar clase en su vida.

Ahora bien, cuando un caso igual sucede en una escuela de Terrasa, y lo que la niña dibuja no es la señera sino la bandera nacional, como ha pasado realmente, no se ha producido ninguna de esas reacciones.

Qué raro. ¿Por qué será? La “investigación” de los hechos, clamorosamente silenciados por las terminales del régimen, se le ha confiado a un jerarca de ERC, y aquí paz y después gloria.
Al margen de su gravedad puntual, el caso de la niña maltratada por su maestra por dibujar la banderita sirve como signo y síntoma del estado de las cosas en nuestra región en el año 2019. (...)"        Ignacio Vidal-Folch, Crónica Global, 02/07/19)


"Silencio atronador. Sobre el incidente escolar con una niña.

 Diversos sectores políticos y periodísticos de Catalunya han destacado los significativos silencios y la extremada prudencia que han rodeado el caso del supuesto incidente en una escuela de Terrassa con una niña de diez años, cuyo entorno asegura que sufrió presuntamente malos tratos de carácter leve por una profesora del centro, por haber dibujado una bandera española.

Estas fuentes resaltan este pacto mediático, político e institucional para evitar que este asunto pueda conseguir una difusión notable, y consideran que se trata de una demostración de la red de complicidades independentistas en diversos ámbitos de Catalunya con el objetivo de impedir que el caso se conozca ampliamente y se abra un debate público sobre una cuestión de estas características.

Asimismo, comparan esta situación con la reacción que se hubiera producido en Catalunya, en el hipotético caso de que hubiera indicios en el sentido de que una niña catalana de diez años hubiera sufrido algún tipo de maltrato por una profesora en una escuela de fuera de Catalunya -en Madrid, también como hipótesis-, por haber dibujado en un mural una bandera catalana. ¿Se habrían producido los mismos silencios y se habría actuado con la misma prudencia?"              (e-notícies, 26/06/19)


"La Generalitat abre expediente a la profesora acusada de agredir a una alumna por pintar una bandera española.

El Departamento de Educación de la Generalitat ha abierto un expediente disciplinario a la profesora de un colegio de Terrassa (Barcelona) que, presuntamente, agredió a una alumna de 10 años por pintar una bandera española en un trabajo de clase.

Tras las pesquisas de la inspección educativa, la consejería ha concluido que no hay "evidencia fehaciente de maltrato físico" ni motivación ideológica detrás. No obstante, sí ha abierto un expediente a la docente por una falta leve tras conocer que, presuntamente, la profesora le rompió el trabajo en público y la dejó sola en el pasillo.

La familia de la menor denunció el pasado martes a los Mossos d'Esquadra que una profesora del colegio Font de l'Alba de Terrassa agredió y gritó a su hija por pintar una bandera de España en un trabajo que estaba haciendo en clase. En el parte médico de urgencias del Hospital de Terrassa que circula por las redes sociales, la menor refiere que la docente le gritó y le cogió por el cuello para expulsarla de clase por pintar la bandera y escribir la frase "Viva España".

El complejo sanitario ha evitado estos días confirmar la veracidad del documento, pero sí ha apuntado que "la plantilla del informe es la habitual que se utiliza en Urgencias del Hospital de Terrassa". Los padres de la niña, de 10 años, también pusieron una reclamación al centro y a los servicios territoriales de Educación.  (...)

La investigación de la inspección educativa -analizó la denuncia a Mossos, la reclamación de los padres a los servicios territoriales, el informe de la maestra, el parte de urgencias y el informe de la dirección del centro- apunta que, presuntamente, la profesora habría echado de clase a la menor dejándola sola en el pasillo y, además, habría despedazado en público su trabajo.

Educación ha anunciado que abrirá un expediente disciplinario a la profesora para esclarecer si ha cometido una falta y tomar las medidas sancionadoras oportunas de confirmarse que así ha sido. Con todo, como medida cautelar, el Departamento estableció que la docente investigada estuviese siempre acompañada de otra profesora durante las horas lectivas que ha tenido estos últimos días de clase. El curso ha terminado este viernes en Cataluña."                (Jessica Mouzo, El País, 21/06/19)


 "Alumnos y padres llenan de banderas españolas el colegio donde una profe agredió a una niña por pintar una rojigualda.

 (...) Avui desenes d’alumnes i pares han colgado dibujos con senyeres de tots a la porta de l’escola-madrassa de la Generalitat. No había pasado nunca.

 Qué maravillosa acción de dignidad, dolços de Tarrasa. N’estem tips de nacionalisme. ¡Basta ya!"               (Dolça Catalunya, 20/06/19)

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