"(...) Está usted especialmente irritado con la idea de que una
Cataluña independiente dispondría de 16.000 millones de euros anuales
más.
Es la fábula mejor contada. Eso, y la historia de que en Alemania se
publican las balanzas fiscales. Por Cataluña han pasado profesores
alemanes que han dicho que eso no es así. Nunca se han publicado.
Lo de
los 16.000 millones es apabullante. Es tan evidente que no es verdad,
que hasta en los documentos oficiales de la consejería de Hacienda ha
desaparecido esa cifra, pero los candidatos lo siguen contando. Prensa,
radio y televisión han realizado un machaque constante con ese dato.
Hasta se han hecho encuestas preguntando a los ciudadanos cómo querían
que se gastara ese dinero. Y los medios privados de comunicación nunca
se han preguntado de dónde salía semejante cifra. Están apesebrados,
porque reciben dinero de la Generalitat, algo que sería inconcebible en
la prensa libre británica, por ejemplo.
El Consejero de Hacienda, Andreu Mas-Colell es un economista muy reputado. ¿Ha defendido esa cifra?
No, en sus documentos él habla de un “pequeño superávit”, lo que
desde luego no son 16.000 millones. Es Artur Mas quien dijo que
tendríamos el superávit presupuestario mayor de Europa. No dicen lo
mismo. Uno no cuenta la verdad. El problema es que Mas-Colell calla y al
callar, santifica ese disparate.
El sabe que ese superávit no es
cierto. Tiene que saberlo porque no es una opinión, es un hecho. Pero el
consejero no sale a desmentirlo, no dice que están sumando peras con
manzanas.
Pero si los datos son tan incuestionables, bastará con presentarlos, hacerlos públicos, ¿no?
Ya da igual. Esa idea ha cristalizado. En Cataluña vivimos una
especie de realismo mágico, en el que los hechos constatables no son
relevantes. Hasta Artur Mas reconoce ahora que no son 16.000 millones,
que sería menos, pero la propaganda sigue hablando de lo mismo. Es ya
una especie de mito fundador. Como la idea de que España nos expolia. Se
sigue repitiendo como un mantra.
La señora Forcadell dice que los catalanes tienen que dejar de ser esclavos.
Sí. Este verano, el mantra en el Pirineo era que la aviación militar
española estaba haciendo vuelos rasantes. Eso se llama paranoia. La
señora Forcadell va por las plazas diciendo que los catalanes tenemos
que dejar de ser esclavos. Si alguien cree en Cataluña que está
esclavizada y tiene que ser liberada, ese alguien es inasequible a la
razón. Si el sentimiento identitario es tan fuerte, le da igual que la
cifra sea una u otra.
La independencia lo vale todo, cualquier cosa,
aunque sea muy costosa. Pero ellos mismos saben que no son mayoría
social y por eso han construido un discurso falso, para intentar que los
que no viven la independencia con tanta pasión crean que tiene también
ventajas materiales.
Les venden que tendrán más hospitales, mejores
infraestructuras, más pensiones… Mucha gente, que no era
independentista, ha acabado pensando que si la secesión es tan
ventajosa, ¿por qué no? Eso es lo que trato de desmontar en el libro.
Explicar a esas personas, a esos catalanes, que nada de eso es verdad.
Que todo eso es muy costoso.
¿No cree usted que el sentimiento identitario sea tan fuerte?
Yo sobre los sentimientos identitarios no tengo nada que decir. Si es
un problema de dignidad, en ese terreno no entro. Lo que quiero es que
el señor que no se toma tan dramáticamente el tema sepa qué es lo que
hay de verdad en ese discurso. Los sentimientos son suyos, pero los
cálculos sobre las ventajas fiscales de la independencia no son
identitarios.
Lo que discuto son los cálculos “identitarios” sobre las
ventajas fiscales de la independencia. Nosotros hemos buscado las
fuentes de ese discurso. Hemos ido a ver qué había de cierto en esos
datos. Por ejemplo, Junqueras dice que Alemania ha bajado un 40% su
gasto militar. Nosotros nos vamos a los presupuestos alemanes y lo
comprobamos. Y vemos que no es cierto, en absoluto.
¿Cómo se dicen entonces esas cosas?
Yo creo que las dicen a bulto. Lo curioso es que no hay nadie que
vaya a contrastarlo. Por ejemplo, repiten que la mitad de los impuestos
que se pagan en Cataluña se los lleva el Estado y eso no es verdad. Se
puede comprobar. Pero han creado escuela. Es uno de los timos
intelectuales más gordos que han fabricado los economistas. También es
un timo intelectual la idea de que se puede proclamar la independencia y
seguir siendo miembro de la Unión Europea.
Es evidente que la UE se
rige por tratados y que hay que respetarlos. Pero da igual lo que diga
Merkel. Alguien siempre contesta: ya, pero eso no va con Cataluña. Te
contestan que Artur Mas tiene mucho prestigio internacional, pero ¿saben
ustedes qué dice la prensa alemana de Mas? Pues el periódico de la
patronal alemana, que no es precisamente un panfleto, le tacha de
presidente golpista. (...)
El libro tiene el interés de rastrear fuentes. ¿Por qué no se han rebatido antes tantas cosas que no eran ciertas?
Yo creo que por pereza intelectual, porque pensaron que se
deshincharía solo. Por ejemplo, todo el tema de que Cataluña ha sido
marginada en las inversiones. Se debería haber contestado desde el
principio con una ofensiva de comunicación, pero no se hizo.
¿No tiene ningún reproche que hacer en ese sentido a su propio partido?
Cuando yo empecé a discutirlo, la verdad es que no me siguieron. En
el Partido Socialista ha habido mucha gente, que ahora ya no está, que
también ayudó a hinchar ese perro. Maragall, Castells, son los primeros
que empezaron a hablar del mito de las balanzas fiscales alemanas (...)" (Entrevista a Josep Borrell, Soledad Gallego Díaz / Mónica Andrade, CTXT, 07/09/2015)
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