21/9/15

500 correlegionarios nacionalistas se ocupan, en Twitter, Facebook, Instagram, WhatsApp, de amenazar a aquellos que no piensan como ellos... a Girauta, Borrell, Iceta

"Los empleados que tiene el nacionalismo catalán dedicados a calentar las redes sociales se ganan el sueldo. Alrededor de medio millar de correligionarios se ocupan cada día de repartir la buena nueva en Twitter, Facebook, Instagram, WhatsApp. Otros, van más lejos y amenazan directamente a aquellos que no piensan como ellos.

Juan Carlos Girauta
, miembro de Ciutadans, ha sido el último blanco. Una persona, que aparece en su cuenta de Twitter fotografiado junto a Artur Mas, lo ha tildado de fascista, nazi, perro y otras flores similares. 

Se le acusa de todo, se le culpa de todo, se le vitupera e infamia con todo. La cosa llegó a su punto álgido cuando el otro día, el acosador cibernético propuso, en diálogo con un compinche suyo, ir a “hacerle una visita” a la casa de Girauta, e incluso daba la dirección.

No hablamos de un loco. Todos los que mantenemos posturas críticas frente al proceso, pensemos como pensemos, hemos recibido “avisos” de ésta índole. Dirigentes del PP catalán han visto pintadas en la puerta de sus domicilios dianas con las siglas PP dentro. Al candidato popular en éstas elecciones, sin ir más lejos, Xavier García Albiol,  que aparecía con su foto y una diana en la cara en una feria organizada por radicales. 

Miquel Iceta, aspirante por el PSC a la presidencia de la Generalitat,puede hablar mucho acerca de verse perseguido siempre por los mismos “espontáneos”. Al PSC se le ha hecho de todo, siempre con la sonrisita de conejo de nacionalistas y comunistas.

Durante el pujolismo se pintarrajeaban los locales socialistas, se boicoteaban sus actos, se injuriaba a sus dirigentes, se les arrojaban monedas, llegaron al extremo de quemar la caseta que, tradicionalmente, instalan en las populares Ramblas de Barcelona. 

Hablemos de anteayer: Raimon Obiols y Daniel Font, socialistas, se vieron interrumpidos en una rueda de prensa por alguien que dijo ser un periodista freelance y que les interrumpió a gritos. A Josep Borrell solo se le ha censurado en TV3. Lo que no se compra, se coacciona y lo que no, se amenaza y punto. (...)"               (MIQUEL GIMÉNEZ, El Plural, 15/09/2015)

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