"(...) Hoy las clases populares solo asisten como espectadores jaleando, eso
sí, a los intereses en contienda. No están en el campo, no juegan. Esto
del independentismo es la sublimación de un Barça-Madrid como bien
apuntaba Gregorio Moran en la entrevista que el pasado 21 de octubre publicaba CRÓNICA GLOBAL.
Los trabajadores se alinean sentimentalmente con uno u otro equipo o en
todo caso según las perspectivas de mejora que les augure el embaucador
de turno. Las clases medias y la pequeña burguesía tienden, en tiempos
de crisis, a derechizarse ante la probabilidad de pérdida de estatus
social y económico.
La incapacidad de la izquierda para ofrecer un análisis racional y de
clase se traduce en una pérdida de la hegemonía cultural y social, de
la que disfrutó hace unos años, y consecuentemente en una pérdida de
votos cuantiosa.
Las últimas encuestas ratifican la debacle del PSC y el
estancamiento de ICV-EUiA en Cataluña, junto a la incapacidad de
repuntar del PSOE y aunque se prevé crecimiento de IU, el conjunto de la
izquierda disminuye.
Entre las dos opciones posibles, cualquiera que fuera el resultado,
la clase trabajadora no habría participado y saldría malparada. La
opción de la secesión sería, en todo caso, un mazazo todavía peor ya que
debilitaría doblemente su capacidad como clase social al estar dividida
por elementos identitarios y diezmada en su poder de participación
social y política.
Parece que todos los jugadores tienen claro que al final la
independencia no será, aunque mantengan la hoja de ruta y el paripé
hasta obtener unos y ceder otros un nuevo reparto del pastel del dinero
público, de nuestro dinero. Como decía antes, a los contendientes que se
disputan el pastel, derecha y burguesías varias, lo de la igualdad les
trae al pairo.
Eso sí: nos dejarán un sentimiento de frustración popular
y unos malos rollos entre ciudadanos (espectadores y comparsas), tanto
entre los partidarios de la independencia como en los partidarios de la
convivencia, que durarán décadas y les permitirán retroalimentar sus
negocios político-económicos.
¿Y la izquierda? Mareando la perdiz, como siempre. Es la izquierda la
que ha de dar el paso adelante, la que ha de decir: ¡Hasta aquí hemos
llegado! No con las propuestas de Miguel Sebastián de un PSOE hacia la
derecha, ni con las de Nuet de EUiA hacia el secesionismo.(...)
España necesita un proyecto político de izquierdas que no dé cancha a
los nacionalismos, que no se obnubile ante cantos del pasado neofeudal,
que no se pierda en conceptos pseudodemocráticos como el del "derecho a
decidir".(...)" (Vicente Serrano, crónica Global, Martes, 12 de noviembre de 2013)
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