"El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha sorprendido este miércoles
desde Bruselas con una nueva posible estrategia de presión al Gobierno
para que facilite un referéndum secesionista, tal y como defienden él
mismo y el presidente de la Generalidad, Artur Mas.
Junqueras ha
amenazado con organizar una huelga general en Cataluña que pare la
economía catalana durante "una semana", y ha advertido de que una huelga
de estas características tendría sus consecuencias en el conjunto de
España.
Junqueras, en una conferencia sobre el denominado "derecho a decidir"
organizada en el Parlamento Europeo por el grupo Alianza Libre Europea
-en el que están integrados ERC, BNG y Aralar-, ha advertido al Gobierno
de que "nosotros", refiriéndose a los independentistas, "también
tenemos nuestros instrumentos", y que, de la misma forma que "hemos
sacado dos millones de personas a la calle", en alusión a la cadena
humana del 11 de septiembre, también "podríamos parar la economía
catalana durante una semana". (...)" (Crónica Global, 13/11/2013)
"Las declaraciones de Oriol Junqueras en Bruselas amenazando con un huelga general que arruine la economía catalana y española
son un gravisimo error estrátegico fruto sin duda de una creciente
ansiedad y nerviosismo.
Los indicios cada vez más evidentes de que la
tercera vía defendida por Duran i Lleida y los socialistas va abriéndose
camino, aunque sea a trancas y barrancas, ha hecho perder a Junqueras
una flema que hasta ahora le había permitido ir recogiendo votos sin
necesidad de mojarse.
Junqueras habia enseñado hasta ahora su cara amable. Pero las
declaraciones de este miércoles le enfrentan no con "España" sino con
muchos catalanes sentimentalmente independentistas pero que no están por
la labor de destruir nada. Y menos su propia riqueza. Bastante se ha
sufrido con la crisis económica como para que ahora venga un
"revolucionario" para acabar de rematar la faena.
Las declaraciones de Junqueras detendrán sin duda la sangría de votos
de CiU. Por ello, seguro que en las filas de la federación
nacionalista, sobre todo en Unió, las palabras del líder republicano
habrán sido acogidas con alegría. Pero también debilitan al movimiento
independentista en su conjunto.
Hasta ahora se nos había vendido una independencia indolora. Solo ventajas. Ningún problema. Ahora resulta que no sólo el puerto de llegada nos dejaría fuera de la UE,
sino que el trayecto será tormentoso y con daños económicos graves. No
parece una buena táctica y, desde luego, rompe con la mantenida hasta
ahora.
En fin, entramos en una nueva fase del llamado proceso soberanista.
La alianza CiU-ERC queda muy tocada. No veo a CiU secundando una huelga
para arruinar a sus votantes.(...)" (Francesc Moreno, Crónica Global, Jueves, 14 de noviembre de 2013)
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