"Félix de Azúa está del lado donde mejor se mira. (...) Su testa de prior
benedictino guarda un fondo de individualismo, un rumor de ironía
inflamable. También un mosqueo irreparable: aquel que le ha llevado a
abandonar Cataluña e instalarse en Madrid.
El que le desata todo aquello
que tiene que ver con la cutrez festoneada de los nacionalismos. Con
ese plateresco de patria chica, tan autocompasivo, tan centrifugador de
diferencias, tan escaso.
- No soy el único. Son muchos los catalanes que estarían deseando poder
salir para escapar de ese monólogo constante del nacionalismo catalán...(...)
- ¿El cerco del nacionalismo te ha traído a vivir hace poco a Madrid?
- Sí. Voy a ser padre en unos días y eso me llevó a pensar que el
egoísmo está de más. No queremos que nuestra hija sea educada en
Cataluña. No deseo que la eduquen unos ideólogos que la van a derivar
hacia una situación indeseable con el resto de los españoles.
No quiero
que me suceda como a un amigo cuando su hijo de 8 años le preguntó:
«Papá, ¿nosotros qué somos: catalanes o fachas?». Ésa es la ideología
imperante en los colegios y en las universidades a través de la
vigilancia extrema de los comisarios políticos del nacionalismo.
- ¿Se trata de un exilio?
- Absolutamente. En Cataluña se da un totalitarismo blando parecido al peronismo en Argentina.
Queda un aparente poso de devastación en el discurso, pero no es tal.
Hay quienes le asumen como un apocalíptico, incluso un reaccionario...
«¡Pero si me da la impresión de que soy el único que queda de izquierdas
en mi generación!», aúlla con una sonrisa que busca batalla... Se
dibuja como un optimista febril. Hasta que se le pide diagnóstico para
la cultura. (...)
Félix de Azúa es otro de los intelectuales catalanes que han
abandonado Cataluña para instalarse en Madrid, hartos del nacionalismo.
"No soy el único. Son muchos los catalanes que estarían deseado poder
salir para escapar de ese monólogo constante del nacionalismo catalán", dice en una entrevista en El Mundo uno de los articulistas estrella del El País.
Y es que Félix de Azúa se considera un "exiliado" en Madrid. "En
Cataluña se da un totalitarismo blando parecido al peronismo en
Argentina". "Voy a ser padre en unos días y eso me llevó a pensar que el
egoísmo está de más. No queremos que nuestra hija sea educada en
Cataluña.
No deseo que la eduquen unos ideólogos que la van a derivar
hacia una situación indeseable con el resto de los españoles." (No sé si me explico)
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