La política liberal belga, según informa Le Soir, argumenta que esta “invitación a la delación” contraviene la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la propia Constitución belga.
Le Soir evoca el enfado de algunos políticos francófonos, que denuncian:
“Si voy a Valonia, compro hablando francés. Es lo mismo que pasa en Flandes. Es como un ejercicio de idiomas, la gente puede practicar el neerlandés y así facilitar su integración”. (13 diciembre 2011, Presseurop)
“la intransigencia lingüística de las autoridades flamencas (Grimbergen está lejos de ser la única en liza) de la periferia de Bruselas. Las autoridades que, para intentar oponerse al fenómeno de “desneerlandización” de los ayuntamientos del entorno de Bruselas, recurren a prácticas anticonstitucionales: el artículo 30 de la Constitución estipula que el uso de lenguas es facultativo, excepto para los actos de autoridad pública y de los asuntos judiciales”.La mayoría de los miembros del Parlamento regional de Flandes apoyan esta medida puesta en marcha por Marleen Mertens, la alcaldesa del CD&V en Grimbergen, que asegura, en una entrevista concedida a Le Soir, que la medida es “totalmente normal”:
“Si voy a Valonia, compro hablando francés. Es lo mismo que pasa en Flandes. Es como un ejercicio de idiomas, la gente puede practicar el neerlandés y así facilitar su integración”. (13 diciembre 2011, Presseurop)
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