"(...) MacDonald, asesor del FMI y de Gobiernos como Noruega, cree que la
independencia podría haber funcionado en los años 70, cuando se
descubrió el petróleo, pero no ahora.
“El argumento de que podemos formar una unión monetaria es que las dos
zonas están convergiendo desde el punto de vista de productividad, PIB
por habitante y todo eso, pero si nos convertimos en independientes el
objetivo mismo de la independencia es divergir”, advierte.
Eso sería especialmente así con los ingresos del petróleo, cuyo efecto ahora se suaviza
a través de Reino Unido y que al concentrarse en Escocia provocarían el
llamado “mal holandés”: convertir en no competitivas las exportaciones
que no dependen del crudo.
“Eso es una preocupación, porque dependemos
mucho de nuestras exportaciones
para la balanza de pagos. Yo diría que si la unión monetaria va
adelante se va a romper en menos de un año. Eso sería muy costoso, más
de 100.000 millones” de libras.
“Incluso con petróleo, la posición fiscal de nuestro Gobierno no es
particularmente saludable”, advierte MacDonald. “Si Escocia se convierte
en independiente en 2016, el déficit fiscal será del 6% del PIB, que es
bastante alto. Y el petróleo es volátil. Y eso en sí mismo nos puede
llevar a poner en marcha en Escocia potenciales programas de austeridad”.
“Tener petróleo es estupendo y una Escocia independiente no podría
sobrevivir sin petróleo, pero no es una panacea como está diciendo el
SNP [Partido Nacional Escocés], porque incluso con petróleo sigues
teniendo un sustancial déficit fiscal. Y el precio del petróleo es
volátil, un 30% más volátil que todos los otros ingresos. Si la
existencia del petróleo te produce un superávit, vale, pero no es así”,
advierte MacDonald.
En el lado opuesto, Murray Pittock defiende la independencia con el
argumento más genérico de que muchos escoceses la quieren “porque la
situación de Escocia respecto a Inglaterra dentro de la unión ha
cambiado significativamente desde la II Guerra Mundial”.
“Durante mucho tiempo, la unión existió para permitir a los escoceses
controlar sus instituciones domésticas y su cultura y su sociedad. Y
para permitir la presencia escocesa en los mercados internacionales a
través del Imperio Británico”, añade.
“A partir de 1945, por diversas razones, esas dos estructuras
empezaron a desmoronarse. Obviamente, el Imperio Británico desapareció y
Escocia dejó de tener acceso a sus mercados. Escocia ya no tiene
control de sus propias instituciones porque hay una mayor
centralización”, sostiene.
En su opinión la globalización pone los
negocios en dificultades y la gran industria escocesa ha quedado bajo el
control de Londres. “Todo esto ha cambiado
el acuerdo de la unión desde el punto de vista de los escoceses.
Y en
comparación con eso, mientras en el periodo victoriano el Reino Unido
representaba sin problemas a sus miembros individuales como un Estado
multinacional, la idea de que hay una identidad británica única se ha
promovido cada vez más y más como reacción a la pérdida del Imperio”,
explica.
“En el Imperio podías ser neozelandés y británico, canadiense y
británico, escocés y británico, pero ahora todo es británico. Y Londres
se ha convertido en sinécdoque de toda la identidad británica. No es
Inglaterra, es Londres. Creo que todo eso ha hecho que la gente cambie
de opinión en Escocia”, sostiene Pittock.
Pero, ¿de qué sirve ser un Estado nación con el mismo jefe de Estado,
misma moneda, apenas ejército, sin frontera? “Depende, de nuevo, del
modelo del que procedes. Las relaciones no son las de Castilla con
Cataluña, ni entre Austria-Hungría y las minorías. Muchos escoceses
sufrieron mucho con el Imperio Británico, pero muchos escoceses se
beneficiaron mucho. Es normal que esas lealtades sigan siendo dominantes
en el deseo de tener un Estado separado. La reina es jefe del Estado de
16 países y ninguno de ellos es menos país por eso”, se zafa Pittock." (
Walter Oppenheimer
, El País, Londres
2 SEP 2014 )
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