"El presidente Torra es como la Coca Cola Zero: sin azúcar.
Un hombre que siempre ha dicho que está de paso y que el presidente
"legítimo" es el otro ya no inspira mucha confianza. Hasta recientemente
ha tenido que ir a Waterloo a pedir instrucciones.
¿Pero cómo pasará a la historia? Bueno pues probablemente como el
primer presidente en ejercicio inhabilitado en el ejercicio de su cargo. Tampoco es mucho, la verdad.
De cara a su parroquia saldrá seguramente como un héroe y por la
puerta grande. Aunque la inhabilitación no conlleve penas de cárcel. Me
alegro por él porque le conozco. Pero ya puestos si te tienen que juzgar que sea por algo importante, no por un trozo de tela colgado en la fachada de Palau.
Lo de la pancarta fue una chiquillada. Colgaron hasta tres. La política catalana atraviesa una etapa adolescente. De hecho, mucho hablar pero -aparte de esto-, Torra no ha traspasado ninguna línera roja. El mismo hombre que renegaba de los referéndums se agarra ahora a él como un clavo ardiendo.
¿Y en cuanto a obra de gobierno?
Promocionar la ratafía, la leche cruda, las judías con butifarra como
plato nacional -más allá de sus efectos secundarios- y los castells. Bueno, en enero leí en El País que iban a invertir 178 millones en un carril reversible para subir a la Cerdaña. No me extraña, el Túnel del Cadí siempre se atasca y ya saben que esta es la revuelta de los oprimidos.
Mientras que la consejera de Justicia, Ester Capella, anunciaba el
otro día que los presos transexuales podrán ser trasladados a prisiones
de mujeres. Algo es algo.
Pero aparte de esto poca cosa la verdad. Ni de pasado ni de futuro.
Sólo hay que repasar la entrevista al presidente Torra en Rac1. De la más de treintena de frases que destacaba la cadena en su nota de prensa no había ninguna medida de gobierno (1).
Sólo proceso, proceso y proceso.
Persistencia en el error, falta de autocrítica y hasta reproches a prensa amiga, incluido el propio Basté. Sensibilidad a flor de piel.
A mí lo que más me sorprendió es cuando dijo que “los únicos que
siempre ponemos una solución sobre la mesa para resolver el conflicto,
somos los independentistas”. Porque la única propuesta desde el bando indepe es ejercer el derecho de autodeterminación. Eso no es diálogo, es poner a la otra parte entre la espada y la pared.
Hay cosas que un presidente del Gobierno no aceptará nunca. Sea del PP o sea del PSOE. Y ésta es una de ellas.
No sólo porque no es un independentista catalán -Rajoy nació en
Santiago de Compostela y Sánchez en Madrid- sino también porque no
puede.
El derecho de autodeterminación -nos guste o no- no está en la Constitución. En el Reino Unido no tienen Constitución escrita. Sospecho que Torra acaba de descubrirlo. Cuando Jordi Basté le
preguntó sobre las diferencias entre el gobierno del PSOE y el del PP
contestó compungido que “no se ver ningún avance”.
Por eso, la insistencia del independentismo en un referéndum es sólo
para sentar un precedente en caso de perderlo, que sería lo más
probable. Como en Quebec o en Escocia. Pero un detalle también que se les escapó al propio presentador y al resto de tertulianos que luego lo interpelaron.
Las contradicciones del presidente.
En agosto del 2018 decía, en una entrevista a la ACN, que “los
gobiernos suelen dimitir si sus Presupuestos no son aprobados y me
parece que esto es un mandato democrático de autoexigencia”.
Ahora asegura “no tengo ninguna intención de adelantar elecciones".
Luego alegan que lo que hay que hacer es "fortalecer las instituciones".
Pero las instituciones se fortalecen trabajando.
Estos lapsus de memoria -voluntarios o involuntarios- han hecho un daño tremendo a la credibilidad de la prensa catalana.
En fin, un presidente zero" (Xavier Rius, director de e-notícies, 22/11/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario