Puigdemont no engaña. Alguno de sus biógrafos cuenta que, en la autopista, pasaba por debajo del cartel de Peatge,
en catalán, en vez de «Peaje», en castellano, por si los contaban… Y
que, para ir a Madrid, pillaba un vuelo internacional que hiciera escala
internacional para enseñar el pasaporte y tener la sensación que
viajaba al extranjero. Convendrás conmigo que muy cuerdo no es…
Pero yo creo
que a la condición de zumbado o iluminado hay que añadir dos más: una,
que es un cobarde. Cuando Lluís Companys la lía en 1934 con el 6 de
Octubre, se queda en Palau; Puigdemont se larga a Bruselas escondido en
el coche. No se sabe si en el maletero u oculto con unas mantas en el
asiento de atrás.
¿Pero tú te imaginas a un presidente de la Generalitat
huyendo de esta manera?. Y lo hace después de haberles dicho a sus
consejeros, tras la proclamación de la República, que «mañana todos al
despacho».
Yo vi que era un cobarde el día en que un friki, en un aeropuerto, le dice que bese la bandera española y el tío da no uno, sino dos besos. Porque el otro era un friki, no era un comando del CNI, ni una panda de ultras armados hasta los dientes.
Finalmente,
que es también un mentirosos compulsivo. Cuando suspende la república
alega que hay diversas iniciativas de mediación, incluso
internacionales. Era mentira, claro. No había ninguna. Si hubiera habido
alguna, se habría sabido más de un año después.
Habría salido alguien
diciendo: oiga, nosotros lo intentamos. No ha salido nadie. También les
dijo a sus votantes, 900.000 en las últimas elecciones, que si ganaba
vendría. Aún están esperando, los pobres.
Pero, desde
luego, y como todo político, tiene alma de superviviente. Y, dicho sea
de paso, también una flor en el culo. Cuando la CUP dice que no le
aprueba los Presupuestos se saca de la manga la cuestión de confianza y
como había el verano de por medio, alarga la decisión más de seis meses.
Y luego pone en marcha una candidatura en tres semanas y le birla la
cartera en las elecciones a Oriol Junqueras. Un genio el tío.
—¿Qué
futuro le ves a Puigdemont? ¿Es un grano en el culo? ¿Acabará como el
marqués de Leguineche, de la “Escopeta Nacional”, haciéndose selfies
y tomando el té con los turistas que paguen 200 euros por visitarle en
el Museo de la República de Waterloo? ¿Se irá con Marcela a los
Cárpatos? ¿Se presentará a las Europeas? Yo creo que en su partido lo
odian profundamente. Y en ERC con toda el alma…
—Yo creo que Puigdemotn acabará mal. Muy mal. Ahora sigue haciendo tuits
desde Waterloo, saliendo en TV3 de vez en cuando y recibiendo a
taxistas en huelga. Hasta ha puesto en marcha su propio partido y ha
dejado tirados a los del PDECAT. Pero el tiempo corre en contra suya.
Desde luego no le deseo ningún mal. Ni la cárcel. Aunque tarde o
temprano lo pillarán. Lo juzgarán y lo condenarán. Cuando lleve unos
meses en la cárcel se derrumbará.
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