6/9/18

Girona es una asfixia total. El otro día en medio de un concierto en el Auditorio subió alguien al escenario y dijo que mantuviéramos un minuto de silencio por los presos. Todo el mundo se levantó, aunque seguro que había alguien que no estaba de acuerdo. La antimovilización y la exclusión son los mecanismos sin los cuales resulta imposible entender las últimas décadas de historia vasca y el último lustro de historia catalana

"(...) El terrorismo (...), completado con la violencia callejera (kale borroka) y las formas sutiles de silenciamiento, mantuvo amedrentada y, por tanto, en condiciones de desigualdad en la competencia electoral y en la vida social, a una gran parte de la población del País Vasco, la que no sintonizaba con el esencialismo abertzale.

 La antimovilización y la exclusión son los mecanismos sin los cuales resulta imposible entender las últimas décadas de historia vasca y el último lustro de historia catalana. 

Por eso, es reveladora la sinapsis tardía de Joan Boada, historiador y miembro de ICV, que no es un perfil muy repetido (eltriangle, 03/06/2018): 

Leer ‘Patria’ es empezar a entender otras cosas que no sabíamos del País Vasco. Porque aquí también hay cosas en los pueblos y las ciudades pequeñas de Cataluña que empiezan a parecerse a lo que cuenta Aramburu”. 

El propio Boada había dicho un poco antes: 

Girona es una asfixia total. Una ciudad ictérica. El otro día en medio de un concierto en el Auditorio subió alguien al escenario y dijo que mantuviéramos un minuto de silencio por los presos. Todo el mundo se levantó, aunque seguro que había alguien que no estaba de acuerdo”. 

Y hablando de Girona, tres años antes Marina Pibernat fue excluida de las listas de ICV-EUIA en esa ciudad por haber usado la expresión ‘derechona catalufa(...)"                       (Martín Alonso, Crónica Popular, 28/07/18)

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