"(...) Después de estar con Rosa María Sardá (Barcelona, 1941), una no sabe si le gusta más reír o hacer reír. (...)
También ha logrado cabrear a unos cuantos no solo por no mostrarse como independentista catalana, lo que le ha valido insultos de todo tipo en las redes sociales, sino por alzar la voz como constitucionalista. (...)
¿Y cuándo mintió: al recoger la Creu de Sant Jordi y dar las
gracias o cuando ha ido este año a la plaza de Sant Jaume y preguntó
dónde se devolvía el galardón? Nunca quise esa distinción. Pero
mis hermanos me dijeron que era más fácil recogerla que no hacerlo, y
de paso ir a la fiesta que daban y divertirnos. Cuando salí de
recogerla, en la plaza de Sant Jaume los guardias se me cuadraban. Como
no daba crédito, volví a pasar varias veces, y siempre se cuadraban. Mis
hermanos, que me esperaban fuera, se desternillaban.
¿Pero la ha devuelto porque quien se la entregó, el
presidente Jordi Pujol, es un corrupto o para evitar que cuando fallezca
le pongan esquelas en los periódicos? Porque el que me la entregó es un corrupto.
Y porque, si no piensas como ellos, te consideran un mal catalán, y por
tanto no creí que fuera digna de ese galardón. Y por lo de las
esquelas. No quiero ninguna esquela en ningún sitio, son algo muy feo. (...)
¿No olvida lo que está pasando en Cataluña? Ni un solo
día. No pueden seguir usando eso de “seguimos el mandato del pueblo de
Cataluña”, porque no es cierto. Así no vamos a implementar la república.
Como dice mi hermano Javier, actúan como si dijeran: “Ahora en Cataluña
no habrá ley de la gravedad, porque no nos gusta y lo hemos decidido”.
¿Y cómo van a hacer para que no haya ley de la gravedad? ¿Y la que dice:
“Es que íbamos de farol”? ¿Nos han tomado el pelo o qué?
¿Y su opinión sobre los presos del procés? Estoy a favor de que salgan de la cárcel,
pero si es un chantaje no, y ahora están chantajeando. Y en cuanto a
los exiliados, hay mucha jeta y mucho victimismo. Dicen: “Vamos a
proclamar la DIU”, y pasa un fin de semana y varios se escapan. No son
víctimas de nada, han elegido su destino. Y los otros también lo
eligieron cuando los días 6 y 7 de septiembre de 2017 hicieron lo que
hicieron. Cometieron un delito, no sé si tan grave como el que se les
imputa, pero lo que sí sé es que yo vomité porque me sentí totalmente
violentada. El delito lo cometieron.
Hay mucha gente agotada con ese asunto. Yo estoy en
un momento de mi vida en el que a veces pienso: que hagan lo que
quieran, ya se apañarán. Seguiré peleando y haciendo lo que pueda, pero
en el fondo siento que esto ya lo he vivido, aunque no algo tan absurdo
como lo de querer poner fronteras. Las fronteras no deberían existir.
Está muy cabreada con los responsables del procés.
No es para menos. Y además estoy asombrada. No dejo de pensar que en
este asunto hay involucradas personas inteligentes, con estudios…
Algunas muy creyentes, creen en Dios y esas cosas… ¡Pero cómo pueden
pensar que pueden implementar una república si la mayoría del pueblo no
quiere o no está por la labor! Eso se parece mucho al golpismo, aunque
estas palabras están tan manoseadas… Me pasa lo mismo cuando veo a
jóvenes que dicen: “¡Fuera los fascistas!”. No tienen ni idea de lo que
están diciendo, no saben qué es la desgracia de vivir una dictadura. Mi
generación y otras hemos aguantado una dictadura franquista, y luego la
dictadura del señor Pujol. Porque si eso no era una dictadura, que baje
Dios, ese Dios al que ellos van a adorar, y lo vea.
¿No aprendemos nada? Es incomprensible que no
aprendamos de los errores anteriores. A mi abuelo paterno, mientras
regaba la huerta, lo mataron de un tiro en la espalda con la Guerra
Civil ya terminada. No es solo una anécdota. Desde que el hombre se puso
de pie empezamos a cagarla. Y encima ahora los errores se magnifican
con esto de las redes sociales, que son algo que proporciona impunidad.
Es un fenómeno de cobardes.
Usted se ha convertido en una víctima de esas redes…
Me cuentan que me ponen a parir a menudo. Lo hacen porque no me
envuelvo en un lazo amarillo y no me interesa el independentismo.
El director Lluís Pasqual parece ser que ha sido otra víctima.
Yo ya he dimitido del patronato del Teatre Lliure. Si ya no está él, no
tengo ningún motivo para continuar. Un grupo de mujeres anónimas
dijeron que se tenía que ir, y una actriz joven dijo que la humilló hace
cuatro años. Yo la vi actuar y era para echarla del escenario. Ahora comentan que a Lluís tiene que sustituirlo una mujer, que sea joven, y no sé si han dicho que debe ser rubia o morena.
No hace mucho usted escribió, con motivo de la dimisión de Lluís
Pasqual al frente del Teatre Lliure, que se acordaba mucho de lo que
profetizó Jean Genet en su obra El balcón, cuando dijo: “Cualquier día un demente dominará el mundo”.
Afinó bastante, ¿verdad? En el Lliure, desde que lo fundaron Pasqual y
Fabià Puigserver, se ha hecho teatro con las manos y con talento. No
entiendo cómo, siendo Lluís uno de los más grandes directores de todos
los tiempos y países, se ha permitido una cosa tan fea. Ha sido una
persecución política porque no se ha pronunciado como independentista. Y
eso que tampoco ha pedido a nadie que no lo fuera. Pero pedirle que
haya lazos amarillos en un escenario… ¡Qué incultura! (...)
¿Qué opina de que usted produzca repugnancia a Pilar Rahola? Me da lo mismo. Me importa un pedo.
A usted o la adoran o la insultan. Me llaman senil,
enferma, vieja, borracha… Pensándolo bien, creo que casi lo admito todo.
Pero, en cambio, sé perfectamente lo que digo y por qué. Está siendo
muy doloroso todo esto.
¿Habla desde su republicanismo de izquierdas? Soy
una niña de la posguerra, de padre muy republicano. Mi madre no lo era
tanto, porque era una enfermera que lo que quería era sacar sus muchos
hijos adelante. Ideológicamente, el que más me influyó fue mi padre, y
yo soy radicalmente republicana. Creo en el federalismo y en el
socialismo.
A estos jóvenes, y no tan jóvenes, que salen a la calle les
digo que los que ahora protestamos en la calle como pensionistas somos
los mismos que en su día conseguimos muchas cosas con nuestra lucha
contra el fascismo. Ellos, cuando reclaman lo que les quitan, no saben
quién lo puso ahí. Pues fueron los socialistas, para bien y para mal. No
puedo entender que no lo sepan. Todo esto hace que una se vaya
encerrando… (...)
En el franquismo era usted una activista en la clandestinidad.
Yo era republicana y pensaba que los del Gobierno eran unos hijos de
puta y que ese señor era un criminal, un asesino y un dictador. Me hice
de un grupo que hacíamos pintadas, íbamos a las manifestaciones y con el
PSC teníamos reuniones clandestinas. Lo hice junto con Mainat [su
expareja, padre de su hijo y hoy un reconocido productor], que ahora es
independentista.
Y pasé miedo, con Joglars, corriendo delante de los
caballos, saltando vallas… Creo que nunca he dejado de estar
comprometida y durante muchos años creía que era comunista, pero un día
me dijeron que no, que yo era socialista. No veía gran diferencia, pero
sí, la hay, son matices importantes, luego lo comprendí. (...)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario