"Una política melancólica.
Podemos abdicar de cualquier cosa menos de nuestras tristezas, dijo
Shakespeare. La melancolía, pareja del desánimo, se ha convertido en el
paradigma de esta primavera política, tan cuajada de elecciones como de
desengaños. (...)
No debe sorprendernos, pues, la última andanada
demoscópica del CEO catalán, aún teniendo cuidado de no aceptar como
dogma de fe sus resultados puesto que ya se sabe que las encuestas
oficiales las carga el diablo, máxime en medio de una contienda
electoral.
Dicen los augures de la Generalitat
que hay más de un cuarenta y cinco por ciento que consideran la
situación política catalana como mala y un veintidós incluso muy mala.
Más de la mitad de los catalanes. Solo un veinte por ciento de
panglosianos opina que la cosa va bien. El relativismo agnóstico se
queda en un humilde nueve por ciento, ponderando que la política
catalana no es ni buena ni mala. Como el vino de Asunción.
He ahí la realidad. Insatisfacción que se refleja en un día a día gris y apático, sobrado de adustez y gesto crispado. Decía Albert Boadella que, volviendo de la alegría y de la luz de la Feria de Abril en Sevilla, al pisar Gerona
se había llevado un tremendo shock al comprobar como todo eran caras
falsamente trascendentes, ceñudas, agraviadas por Dios sabe qué.
Caras
con la seriedad bovina que apuntaban algunos cronistas de pluma afilada y
orden de detención a punto de caer en la Alemania
de los años treinta.
También el separatismo padece melancolía, sí,
porque sabe que el sueño no era más que propaganda y que la república
fue un instrumento convergente, creado para distraer al pueblo de los
tejemanejes que se hacían por debajo de la mesa.
Es la política melancólica de los que aún creen en que desde Waterloo emanará una estrategia de victoria, un golpe de efecto fulminante (...)" (Miquel Giménez, Vox Populi, 13/05/19)
"El 45,9% de los ciudadanos creen que la situación
política de Cataluña es mala y el 22,1% consideran que es muy mala,
según el último barómetro del CEO.
La percepción empeora cuando se
pregunta por la situación política de España: el 40,9% cree que es mala y
el 30,8% muy mala.
Esta es la respuesta a
la pregunta "Usted cómo valora la actual situación política de
Cataluña/España?". Por el contrario, un 20,2% afirma que la situación
política catalana es buena. En el caso de España, la cifra de
satisfechos es del 19,8%.
También hay un 1,1% que consideran que la
situación en Cataluña es muy buena y un 0,8% que atribuye una muy buena
situación a España.
Finalmente, un 8,8% de los ciudadanos asegura
que la situación política en Cataluña no es ni buena ni mala. Esta cifra
disminuye hasta el 19,8% para referirse a la situación política
española." (e-notícies, 11/05/19)
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