"(...) —¿Tú crees, sinceramente, que el
Procés ha sido algo transversal? Yo lo niego. Del mismo modo que niego
categóricamente que formaciones como ERC o la CUP sean de izquierdas…
(...) ERC son acaudalados terratenientes
carlistas de pueblo, y muy católicos muchos de ellos, y los de la CUP
los hijos espurios de los anteriores jugando a la revolución de salón
con el iPhone… ¿Tú cómo lo ves? ¿Es Cataluña el último reducto
del franquismo? Si algo está claro es que la verdadera izquierda, la
clásica, es universalista y no está por nacionalismos ultramontanos…
El proceso es la última revolución burguesa
de la historia. Las clases medias golpeadas por la crisis se hicieron
de Podemos en Madrid y en Catalunya se hicieron soberanistas. Esto ya se
veía en las Diadas. O en las manifestaciones de apoyo a los procesados
por el 9-N a las puertas del TSJC: clases medias.
Además, no sé si soy
yo, o es cosa mía, pero tengo la sensación de que la gente que lleva
lazos amarillos cada vez parece más mayor. Bueno, desde 2012 han pasado
seis años. Y el tiempo no pasa en balde.
Pero yo lo he dicho siempre: las revoluciones las hacen los que no tienen nada que perder, los hambrientos, los sans-culottes;
no gente que veranea en la Cerdanya o en Cadaqués. Esa es la gran
tragedia. Aquí no había un Lenin, ni nunca se les pasó por la cabeza
asaltar el Palacio de Invierno. Pero mejor, porque yo tampoco creo en
las vanguardias revolucionarias. (...)" (Entrevista a Xavier Rius, Julio Murillo, Magazine, 01/02/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario