18/2/19

Mas dijo que el soberanismo “no tiene fuerza suficiente para doblegar las estructuras de poder del Estado español y para cambiar el statuo quo”. Y lo dice ahora el tío. Lo dice el que la lio...

"Mas salió este lunes en TV3 y dijo que el soberanismo “no tiene fuerza suficiente para doblegar las estructuras de poder del Estado español y para cambiar el statuo quo”.

Y lo dice ahora el tío.

Lo dice el que la lio.

Mas intenta hacerse perdonar.

No sé si para volver a la política -de hecho nunca se ha ido- o para que al menos la historia no lo trate fatal.

No es la primera vez que el hombre hace penitencia.

El 28 de Noviembre del 2016, en un Dinar Cambra, ya dijo más o menos lo mismo.

Entonces también admtió que no había "fuerza suficiente social y política para llegar a constituir un Estado propio”.

Yo, que estaba entre el público, no me lo podía creer. Me entraron ganas de cogerlo por el pescuezo.
Porque Mas lo sabía desde el principio. Y también los riesgos que corríamos.

En aquel discurso en el Parlament tras la sentencia del Estatut afirmó que había que “iniciar un nuevo camino” pero “evitando al máximo las fracturas sociales dentro de Catalunya.”

Era perfectamente consciente de que este país podía quedar escindido en dos.

A pesar de ello empezó con el proceso. La transició nacional, la revolta dels somriures, decían.
"No se ha roto ni una papelera", proclamaban tras las Diadas.

Ahora andán echando mierda en las puertas de los juzgados. No se sabe cómo puede acabar la cosa. Hay mucho cabreo.

En las elecciones plebiscitarias del 2015, la independencia no obtuvo el apoyo suficente: el 47,8% de los votos. Dos millones en un censo de 5,5.

Era evidente aquí y en la China Popular, en el caso de que en la China Popular hicieran elecciones democráticas.

Además se echo en brazos de la CUP.

Y sin embargo salió al balcón con aquella frase de “hem guanyat, hemos ganado, we have won, nous avons gagné".

Quedaba muy bien de cara a la galería.

Mas volvió a admitir que iban justos de fuerzas en otra entrevista en TV3 el 9 de noviembre del 2018, cuatro años después de la consulta del 9-N.

La presentadora, Lídia Heredia, le reprochó no haberlo reconocido tras los comicios.

“Los resultados eran los que eran. Se lo pregunto con toda sinceridad: ¿si usted lo ve tan claro ahora cómo es que no lo veía el 27 de Septiembre del 2015?”, le preguntó en antena.

Mas dijo que estaba metido en las “turbulencias” de su investidura.

Que "una explicación tranquila” se da una vez “ya eres presidente”.

En el fondo reconoció que el proceso fue un invento para mantenerse en el poder.

Lídia Heredia metió el dedo en el ojo:

- ¿Y usted no hubiera podido decir hemos ganado las elecciones pero no es suficiente?
- Tampoco me lo preguntó nadie, respondió Mas con una sangre fría digna de Truman Capote.

Era mentira.

Pero aún le dio tiempo de repartir culpas: “políticos y periodistas si hemos de revisar la hemeroteca lo tenenos mal”.

Remarcó lo de “periodistas” con el tono de voz.

En eso tiene razón: las responsabilidades son compartidas.

La prensa ha puesto una alfombra roja. Ha sido una correa de transmisión del poder. Ha vendido humo.

Da igual: Mas mentía.

Y además descaradamente.

El que fuera secretario de Comunicación del Govern con él durante cinco años -cinco años echando leña al fuego son muchos años- lo revela en su libro sobre el proceso.

Tras la “conmoción inicial” en Junts pel Sí por los resultados aquella noche del 27-S -ni siquiera alcanzaban mayoría absoluta y quedaban en manos de la CUP-, “el jefe de campaña, Oriol Soler, conminó a dejar claro que se había ganado y que el programa había obtenido el aval de los catalanes” (...).
En fin, ¿ustedes se han dado cuenta del mal que ha hecho este hombre a Catalunya? Bueno, y de paso también Oriol Soler.

¿Ustedes se dan cuenta del estropicio que ha supuesto el proceso? Todavía no somos conscientes y las consecuencias durarán años.

Un presidente cesado, un gobierno destituido, la Generalitat intervenida, el Parlament cerrado.
La vergüenza de ver cómo te convocan elecciones desde Madrid porque, en Catalunya, es competencia exclusiva del presidente de la Generalitat.

Me ahorro otras vergüenzas porque me hierve la sangre.

Medio gobierno saliendo huyendo para Bélgica sin avisar mientras el otro medio iba a declarar ante el Supremo después del pollo que montaron.

¡Para acabar aceptando la jurisdicción de la justicia española no hacía falta declarar República alguna!

O Puigdemont haciendo tuits como un loco desde Waterloo.

¡Dios, que imagen de país! El prestigio de los catalanes por los suelos.

¿Ustedes se dan cuenta de que se cargaron toda la arquitectura institucional tejida pacientemente durante la Transición?  (...)

¿Ustedes se dan cuenta del daño que han hecho?

Se han cargado no sólo el mapa político -CiU no existe, Unió ha desaparecido, Convergencia tampoco, el PDECAT naufraga, la Crida irrumpe- sino también el ideológico.

Parece que en la Catalunya actual sólo se puede ser indepe y de izquierdas. Más de la mitad del censo electoral nos hemos quedado huérfanos.

¿Ustedes se dan cuenta del daño económico? No lo digo por las 3.500 empresas que se fueron, que también, sino porque tampoco vuelven.

¿Cómo van a volver con Torra al frente? La economía, para funcionar, necesita estabilidad política y seguridad jurídica pero sobre todo templanza mental.

Y los daños psicológicos, incluso morales, serán muy superiores a los materiales.

Lo lanzamos todo por la borda por la voluntad de un hombre -en el fondo un mediocre- de continuar en el poder.

Un día habría que pasar cuentas con todos los culpables. Al menos por escrito."             (Xavier Rius, director de e-notícies, 06/02/19)

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