"Sonó la campana en el ring y el fiscal Javier Zaragoza salió al
cuadrilátero golpeándose los puños y con ganas de atizar.
(...) levantó la voz, lo que no es habitual en esta Sala, para negar que se
hubieran conculcado los derechos de los acusados: "No se ha registrado
ningún domicilio de ellos, ningún despacho de ellos, no se ha controlado
su teléfono". Por aquello del decoro, no dio golpes a la mesa.
Zaragoza dedicó amplio tiempo a refutar la idea de que
los nueve acusados están en el banquillo por sus ideas, una denuncia
habitual entre los independentistas. A eso lo llamó "falacia de
colosales dimensiones". Ser independentista no es delito, dijo. "No es
el independentismo lo que se juzga. Son los gravísimos hechos que se
produjeron en su mayoría en septiembre y octubre de 2017 los que son
objeto de enjuiciamiento".
Como singular argumento de
autoridad, el fiscal se refirió a un editorial de El País (sin dar el
nombre del periódico) con una opinión similar a la suya. "No se juzga a
dirigentes que pedían libertades, sino a dirigentes que querían
anularlas", decía el texto, según él. Los artículos periodísticos de
opinión no se suelen citar para reforzar las posiciones propias en los
juicios, pero esta vista no es como las demás.
Con tantos conceptos políticos en disputa, tenía que ocurrir que
Zaragoza también hiciera comentarios que podemos encontrar en un
editorial de prensa o un debate parlamentario. Llegó a sostener que "la
mayoría silenciosa de Cataluña" en un 60% decidió no participar en el
referéndum de independencia. Tampoco es frecuente que un fiscal recurra a
un ardid retórico tan habitual entre los políticos: afirmar que ellos
son los que representan a la mayoría con independencia de lo que digan
los resultados electorales. Como es silenciosa, nadie te puede
desmentir. (...)" (Íñigo Sáenz de Ugarte, eldiario.es, 13/02/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario