25/1/19

Hay que ser ciego o hipócrita para no verlo. Creo que hay algunos líderes (tal vez Junqueras) que han empezado a percibir esto. Pero, objetivamente, han fracturado esta sociedad. Todos, todos nosotros, conocemos rupturas en nuestro entorno. Y cuando esto ocurre sobran las estadísticas. Familias, amigos de toda la vida que han dejado de hablarse, colegas en el trabajo que prefieren callarse… que los líderes independentistas digan si esa gente va a seguir contando con la ciudadanía y la pertenencia a Cataluña o no, con la independencia...

"(...) ¿Por qué sorprende el ramalazo independentista en Cataluña?
 
Yo llegué por primera vez a España en verano de 1964, el año en que empezó el proceso de la expulsión de mi padre y Semprún, pero yo entonces no lo sabía... Estaba emocionadísima por conocer por fin ese país que decían que era mío… Pero no fue hasta 1976 cuando me instalé en Barcelona con Pere.

 Hasta entonces, yo seguí viviendo en Francia e iba de vacaciones a España, alternando Madrid y Barcelona, que siempre fue mi ciudad preferida, porque le notaba una mayor liberalidad, más avanzada... Como cualquiera de izquierdas, formada en el marxismo, tenía un anti-nacionalismo muy arraigado. 

En Cataluña descubrí que una cosa es el nacionalismo agresivo, excluyente, y otra una identidad nacional (uno de los vectores que, evidentemente, articulan el nacionalismo) que podía ser dialogante, liberal, ilustrada… Y que se podía no solo convivir con eso, sino trabajar a escala política, social. 

De repente, con el “Procés”, toda esta realidad que yo conocí, y que sigo pensando que en algún lugar está, empezó a resquebrajarse de manera brutal. Lo que más reprocharé siempre a los independentistas es la forma abrupta y completamente irresponsable con que han fracturado esta sociedad, en la que vivimos.

Cosa que, de ningún modo, reconoce el discurso “procesista”, que sigue manejando la antinomia Cataluña-España como vector único del conflicto…

Ellos dicen que la ruptura en Cataluña es propaganda del PP. Pero yo, que soy totalmente de izquierdas, digo que es totalmente cierto. Hay que ser ciego o hipócrita para no verlo. Y si fuera independentista con dos dedos de frente sabría a qué atenerme en relación con nuestra sociedad, en lugar de negar la realidad. 

Creo que hay algunos líderes (tal vez Junqueras) que han empezado a percibir esto. Pero, objetivamente, han fracturado esta sociedad. Todos, todos nosotros, conocemos rupturas en nuestro entorno. 

Y cuando esto ocurre sobran las estadísticas. Familias, amigos de toda la vida que han dejado de hablarse, colegas en el trabajo que prefieren callarse…. Y todos sabemos cómo los independentistas se dedican a copar entidades, instituciones…, y de forma absolutamente no democrática.

Persistir en el no reconocimiento de la pluralidad catalana, con todo lo que ello conlleva, podría acabar desembocando en el estallido de un conflicto civil de aún más graves consecuencias…

Niegan la polarización de la sociedad catalana porque siempre es más cómodo negar la realidad. Durante un tiempo, claro. Porque llega un momento en que eso se autodestruye porque la realidad se impone. 

Y también porque supone ponerse en cuestión a sí mismos. Resulta más fácil achacar todos los problemas de Cataluña (que, efectivamente, como cualquier sociedad los tiene) al agente exterior. Echar la culpa a Madrid, entendido como el Estado español, es lo más sencillo. No es esto patrimonio exclusivo del nacionalismo catalán. Siempre lo han utilizado gobernantes, países, y líderes de todas las latitudes. 

Pero en Cataluña se está haciendo a saco. Si reconocieran que están partiendo la sociedad supondría asumir que algo no lo están haciendo bien, y que, efectivamente, hay una parte de la sociedad que no está de acuerdo con lo que están haciendo.

En cualquier caso, hay quienes niegan la condición de catalanes a los “charnegos”, a quienes no hablan en catalán, no votan a partidos nacionalistas…

Utilizando una encuesta (que quizá sería conveniente actualizar) sobre los apoyos con que contaría la celebración de un referéndum pactado y legal, que arrojaba un resultado masivamente a favor, han concluido que eso expresa un apoyo a la independencia. 

Esto, en el contexto del discurso nacionalista, acaba siendo entendido así por la gente. Y también hay independentistas (quizá no todos) que sostiene que los de “esa otra Cataluña” no son catalanes. 

En primer lugar, está lleno de catalanes de toda la vida que están contra del “Procés, y respecto a los “otros catalanes”, que los líderes independentistas digan si esa gente va a seguir contando con la ciudadanía y la pertenencia a Cataluña o no, con la independencia. 

Porque si les niegan la pertenencia ahora se la tendrán que seguir negando después. Y se quedarán con la mitad de la población.  (...)"            

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