"(...) ¿Por qué sorprende el ramalazo independentista en Cataluña?
Yo llegué por primera vez a España en verano de 1964,
el año en que empezó el proceso de la expulsión de mi padre y Semprún,
pero yo entonces no lo sabía... Estaba emocionadísima por conocer por
fin ese país que decían que era mío… Pero no fue hasta 1976 cuando me
instalé en Barcelona con Pere.
Hasta entonces, yo seguí viviendo en
Francia e iba de vacaciones a España, alternando Madrid y Barcelona, que
siempre fue mi ciudad preferida, porque le notaba una mayor
liberalidad, más avanzada... Como cualquiera de izquierdas, formada en
el marxismo, tenía un anti-nacionalismo muy arraigado.
En Cataluña
descubrí que una cosa es el nacionalismo agresivo, excluyente, y otra
una identidad nacional (uno de los vectores que, evidentemente,
articulan el nacionalismo) que podía ser dialogante, liberal, ilustrada…
Y que se podía no solo convivir con eso, sino trabajar a escala
política, social.
De repente, con el “Procés”, toda esta realidad que yo
conocí, y que sigo pensando que en algún lugar está, empezó a
resquebrajarse de manera brutal. Lo que más reprocharé siempre a los
independentistas es la forma abrupta y completamente irresponsable con
que han fracturado esta sociedad, en la que vivimos.
Cosa que, de ningún modo,
reconoce el discurso “procesista”, que sigue manejando la antinomia
Cataluña-España como vector único del conflicto…
Ellos dicen que la ruptura en Cataluña es propaganda
del PP. Pero yo, que soy totalmente de izquierdas, digo que es
totalmente cierto. Hay que ser ciego o hipócrita para no verlo. Y si
fuera independentista con dos dedos de frente sabría a qué atenerme en
relación con nuestra sociedad, en lugar de negar la realidad.
Creo que
hay algunos líderes (tal vez Junqueras) que han empezado a percibir
esto. Pero, objetivamente, han fracturado esta sociedad. Todos, todos
nosotros, conocemos rupturas en nuestro entorno.
Y cuando esto ocurre
sobran las estadísticas. Familias, amigos de toda la vida que han dejado
de hablarse, colegas en el trabajo que prefieren callarse…. Y todos
sabemos cómo los independentistas se dedican a copar entidades,
instituciones…, y de forma absolutamente no democrática.
Persistir en el no
reconocimiento de la pluralidad catalana, con todo lo que ello conlleva,
podría acabar desembocando en el estallido de un conflicto civil de aún
más graves consecuencias…
Niegan la polarización de la sociedad catalana porque
siempre es más cómodo negar la realidad. Durante un tiempo, claro.
Porque llega un momento en que eso se autodestruye porque la realidad se
impone.
Y también porque supone ponerse en cuestión a sí mismos.
Resulta más fácil achacar todos los problemas de Cataluña (que,
efectivamente, como cualquier sociedad los tiene) al agente exterior.
Echar la culpa a Madrid, entendido como el Estado español, es lo más
sencillo. No es esto patrimonio exclusivo del nacionalismo catalán.
Siempre lo han utilizado gobernantes, países, y líderes de todas las
latitudes.
Pero en Cataluña se está haciendo a saco. Si reconocieran que
están partiendo la sociedad supondría asumir que algo no lo están
haciendo bien, y que, efectivamente, hay una parte de la sociedad que no
está de acuerdo con lo que están haciendo.
En cualquier caso, hay quienes
niegan la condición de catalanes a los “charnegos”, a quienes no hablan
en catalán, no votan a partidos nacionalistas…
Utilizando una encuesta (que quizá sería conveniente
actualizar) sobre los apoyos con que contaría la celebración de un
referéndum pactado y legal, que arrojaba un resultado masivamente a
favor, han concluido que eso expresa un apoyo a la independencia.
Esto,
en el contexto del discurso nacionalista, acaba siendo entendido así por
la gente. Y también hay independentistas (quizá no todos) que sostiene
que los de “esa otra Cataluña” no son catalanes.
En primer lugar, está
lleno de catalanes de toda la vida que están contra del “Procés, y
respecto a los “otros catalanes”, que los líderes independentistas digan
si esa gente va a seguir contando con la ciudadanía y la pertenencia a
Cataluña o no, con la independencia.
Porque si les niegan la pertenencia
ahora se la tendrán que seguir negando después. Y se quedarán con la
mitad de la población. (...)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario