"Hay un denominador bastante común a los tres territorios donde se
están planteando iniciativas secesionistas en Europa o se ha hecho
recientemente. Tanto Cataluña como Baviera o el Véneto cuentan con
sensibilidades nacionalistas y comparten el sentimiento de haber
contribuido excesivamente a las arcas de sus respectivos Estados.
También es común la negativa de estos a concederles el derecho a
convocar referendos independentistas o de autodeterminación, y de ahí el
interés suscitado por la reciente decisión del Tribunal Constitucional
alemán, que ha cerrado el paso a una petición para convocar un
referéndum sobre la independencia planteada. Las autoridades de Baviera
no la apoyaban.
No se trata de una sentencia, sino de una resolución por la que el
Constitucional alemán se niega a admitir la demanda presentada, con el
contundente argumento —advertencia para cada uno de los 16 Estados
federados— de que los länder “no son dueños de la
Constitución”.
La decisión alemana se suma a otra del tribunal
equivalente de Italia, que ya denegó un referéndum para el Véneto. El
plato fuerte de ambas es que la soberanía corresponde al conjunto de los
habitantes de cada Estado y no solo a los de un territorio concreto. A
Mariano Rajoy deben haberle sonado bien estos razonamientos.
Está muy claro el escaso calor que se desprende de otras partes de
Europa hacia los intentos de separación. El apoyo es tan gélido como la
ola de frío polar que se abate sobre el continente. Europa está llena de
problemas y el escarmiento provocado por la secesión aprobada
por los británicos respecto a la Unión Europea —precedida del tenso y
fracasado referéndum de independencia de Escocia— frenan toda
perspectiva de apoyo europeo. (...)" (Joaquín Prieto, El País, 10/01/17)
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